Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con el FBI, han detenido a un ciudadano británico como responsable de una presunta intrusión ilegítima en 130 cuentas de Twitter. Entre sus víctimas se encuentran varias personalidades relevantes del ámbito político y económico de EE.UU., tales como el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el expresidente Barack Obama, o el fundador de Microsoft Bill Gates. Asimismo el arrestado está acusado de los delitos de ciberamenazas, ciberextorsión y ciberacoso.
La investigación en España se inició en abril de 2020 cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo de ciberdelincuentes dedicados a cometer estafas en la red. Fue la Agregaduría del FBI en Madrid la que informó a la Policía Nacional de que estaban investigando a este grupo delictivo en el que, además, estaría presuntamente implicado un individuo de origen británico, residente en Marbella, cuya localización sería de interés para las autoridades de su país.
Con el avance de la investigación, el FBI comunicó a la policía la relación existente entre el arrestado y la intrusión ilegítima en 130 cuentas de Twitter, entre las que se encontraban las de varias personalidades relevantes como el actual presidente de EE.UU., Joe Biden, el expresidente Barack Obama, o el fundador de Microsoft, Bill Gates. Asimismo, informaron de que este individuo habría comprometido cuentas de personalidades importantes en otras conocidas redes sociales.
Por otra parte, al investigado se le acusa de dos delitos contra el orden público; en concreto, de cometer swatting. Esta peligrosa modalidad delictiva consiste en engañar a los servicios de emergencia, dando un falso aviso de que se está produciendo un incidente grave en el domicilio de las víctimas y requiriendo una rápida respuesta e intervención de las unidades de élite de la policía estadounidense (SWAT). Se utiliza generalmente como venganza y ha causado numerosas víctimas mortales en Estados Unidos, ya que pone en peligro a víctimas, policías y a la comunidad en general, alejando a los servicios de emergencias de incidentes reales.
Tras varias gestiones policiales, los agentes detectaron el domicilio del investigado, situado en una urbanización del municipio malagueño de Estepona. Por este motivo, pusieron en marcha un dispositivo -que contó con la participaron de dos agentes de la Oficina del FBI en San Francisco y uno de su Agregaduría en España- que permitió su detención -así como el registro de su domicilio- en el día de ayer. Fruto del registro, la policía intervino dos ordenadores y un teléfono móvil para su posterior estudio, ya que el análisis en caliente no permitió obtener información relevante por haber reconfigurado los dispositivos recientemente.