Joaquín ABAD | Domingo 31 de enero de 2016
Pablo Iglesias no va de farol cuando asegura públicamente que en el momento que el PSOE de Pedro Sánchez quiera, se puede formar gobierno en 24 horas. Los politólogos de Podemos van, como siempre, un paso por delante de los demás partidos que se pierden en luchas internas poniendo fechas a congresos y demás estrategias estatutarias. Y todo por no reconocer que están deseando echar a Rajoy de La Moncloa, pisar moqueta, entrar en el Gobierno de la Nación española y empezar a repartirse cargos, buenos sueldos y coches oficiales. En el PSOE ya son varias las autonomías sostenidas por los podemitas y por ahora no se quejan.
Mientras este fin de semana los llamados barones trataban de justificar su apoyo a que su Secretario General, Pedro Sánchez, formase coalición con Podemos, por supuesto con declaraciones para la galería como que no había que hablar de reparto de sillones, ni de lujosos “audis” blindados, sino de programas...
Mientras se manifestaba, para la galería, claro, que los pactos estaban limitados a quienes estuvieran con la Constitución y no aceptasen ir de la mano con quienes quieren romper España con referéndums independentistas y su correspondiente derecho a decidir…
Se olvidan que los chicos de Pablo Iglesias anunciaron la misma noche del 20-D, tras conseguir un abultado número de votos y escaños, que el derecho a decidir era una “línea roja” irrenunciable.
Mientras los llamados barones, con Susana Díaz a la cabeza, garantizaban que el PSOE de Pedro Sánchez no llegaría a La Moncloa gracias a la abstención, o ayuda de partidos separatistas catalanes...
Mientras todo eso ocurre… los de Pablo Iglesias ya tienen pactado con republicanos de Esquerra y convergentes -a los que el PSOE de Pedro Sánchez prestó cuatro senadores para que lograran dos grupos parlamentarios con sus moquetas, ujieres, secretarias y dinero suficiente en la caja-, que ayudarían a desalojar del poder al PP. Todo por la patria.
El enemigo común del PSOE de Pedro Sánchez, del partido de Artur Mas, de Esquerra Republicana de Cataluña y del propio Pablo Iglesias es Rajoy y su corrupto Partido Popular, que últimamente salen más en los telediarios por la detención de sus miembros que por sus logros económicos.
Porque aunque Pedro Sánchez diga, con la boca pequeña, que antes programas comunes que sillones, ya está pactado que si el Rey, con toda lógica, le encarga la formación de un Gobierno, su vicepresidente, Pablo Iglesias, tiene a todo un ejército de activistas encargados de llevar a cabo el trabajo sucio de pactos con los secesionistas que el PSOE no puede realizar, por decencia y porque así se lo han exigido este fin de semana.
Ya están hechas las cuentas de la aritmética parlamentaria. Que lo sepan todos: los podemitas ya ha acordado, con minorías varias, la entrada de la coalición PSOE-PODEMOS en La Moncloa.
Si hay investidura, tendremos una Presidencia del Gobierno bífida, con dos cabezas, a cual más interesada. Los de Iglesias quieren todo el poder, control sobre los servicios secretos, sobre la Policía, sobre la Guardia Civil, sobre el Ejército, sobre la TVE, a cualquier precio. Porque el manual del buen leninista dice que controlando los resortes del aparato del Estado, se controla a la sociedad entera. Y Pedro Sánchez, que tengan por seguro superará a Zapatero, con tal de presidir la Nación española está dispuesto a cualquier cosa.
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