Sorprende no sólo el número de inmigrantes que han cruzado a Melilla, sino la manera en cómo han sorteado los mecanismos de seguridad de la valla.
Un grupo de 120 inmigrantes procedentes del norte de África, muchos de ellos jóvenes, han burlado las cámaras de vigilancia que, al parecer, estaban inactivas, en la madrugada del lunes. Se está llegando a cabo una investigación, entre la Policía y el gobierno de España y Marruecos, para dar con la claves de esta “operación organizada”.
Este asalto se ha producido tras el anuncio, la semana pasada, del gobierno de Rabat, de que cerraría definitivamente las fronteras de las dos ciudades autónomas. El clima es de máxima tensión entre España y Marruecos y está enmarcado en la “crisis migratoria de Ceuta”. Aún así, esto no ha frenado a muchos jóvenes a jugársela para entrar en Melilla y, como se ha informado, iban preparados con garfios en el calzado para trepar más fácilmente la valla, e incluso llevaban palos para defenderse de la policía.
De un total de 200 personas que han participado en este asalto, que se ha producido alrededor de las 4:30 a.m., 120 han conseguido entrar en Melilla y 25 jóvenes han quedado atrapados en la valla y han sido devueltos ipso facto a Marruecos. No obstante, cinco agentes de la Guardia Civil han sido golpeados por los migrantes y se están recuperando. Los migrantes que han conseguido entrar se han refugiado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Por el momento se les exige que se queden allí para evitar una posible propagación de la Covid-19.
Como se viene repitiendo desde hace años, varios han sido los asaltos e intentos de irrupción a la frontera de Melilla. El pasado 15 de junio, un total de 150 marroquíes y subsaharianas, trataron entrar en España, también de madrugada. Los inmigrantes fueron devueltos, al ser rechazados por el dispositivo de la Guardia Civil y la Policía Nacional. También varios agentes de la Benemérita resultaron heridos, pues les golpearon con palos y piedras. La representante del Ejecutivo en Melilla describió la actuación de los migrantes como “violencia”.
El inicio de la “crisis migratoria de Ceuta” se produjo con el gran “asalto a la valla”, en el que 9.000 inmigrantes cruzaron la frontera entre Marruecos y Melilla. Sin embargo, el detonante fue la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, ante lo que el gobierno marroquí calificó de “provocación”. La tensión entre Marruecos y España está viviendo sus momentos más difíciles, desde que el ex presidente Donald Trump reconociera en diciembre de 2020, y Joe Biden apoyara también, la soberanía marroquí sobre Sáhara Occidental. El gobierno español no se ha mostrado a favor, como tampoco lo ha hecho el Parlamento Europeo, basándose en el “pleno respeto de la legalidad internacional” y, en consonancia con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.