De hecho, este año el colectivo LGTBIQ+ tiene más motivos para salir a celebrar, ya que el pasado 29 de junio se aprobó la “ley trans”, después de que saliera el borrador hace ya meses. Unidas Podemos se atribuye el éxito de la misma e, incluso, la ministra de Igualdad, Irene Montero, la califica de “histórica” y “a la altura que la ley del matrimonio igualitario”.
No obstante, esta ley ha provocado disputas entre los partidos políticos, incluyendo a sus compañeros de Gobierno, el PSOE, donde las feministas no están a favor de ella porque opinan que menoscaba los derechos de las mujeres y consideran que haber dejado esta responsabilidad en manos de Unidas Podemos es un “error histórico”.
Falta de acuerdo entre los partidos
Los partidos de derechas, en especial el Partido Popular y VOX, que se han unido en contra de la “ley trans”, mientras que Ciudadanos se ha mantenido al margen. Los primeros no apoyan la autodeterminación de género. De hecho, los portavoces del PP, Cuca Gamarra, y de VOX, Iván Espinosa, habían estrechado posturas con Carmen Calvo, la vicepresidenta primera del Gobierno, lo cual generó tensiones con Irene Montero. Tras haberse aprobado la “ley LGTBI”, los dos portavoces derechistas le han reprochado a Calvo su poca determinación.
En las calles, la alegría se ha dejado ver en estos días de celebración, pero no todo es de color arcoíris. Aún en un escenario envuelto por la pandemia, las autoridades han tratado de que se cumpla el uso de las mascarillas y la distancia social. Por ello, la Policía Municipal tuvo que intervenir de madrugada el viernes pasado, para desmantelar un macrobotellón en Chueca.
Los manifestantes han reclamado al alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, que permitan colocar la bandera LGTB en el Ayuntamiento, después de dos años sin exhibirla. Almeida ha apelado a una sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe colocar banderas que no sean oficiales en el exterior de edificios públicos.
Persiste o, incluso, aumenta la violencia contra LGTB
A pesar de que el espíritu festivo trata de inundar las calles, lo cierto es que se han vivido episodios de violencia contra el colectivo LGTB, según se ha denunciado. Sorprende que los datos que se registran de agresiones homófobas han aumentado en los últimos cinco años, cuando la tendencia debería ir a la baja. El nivel de denuncias contra estas agresiones sigue siendo bajo, por vergüenza o miedo al rechazo. Los directorios de los Observatorios contra LGTBFobia, han acusado al poder judicial de estar poco sensibilizado.
En Madrid, el número de agresiones homofóbicas ha disminuido, pero en Cataluña y Valencia, ha aumentado de manera notable en 2021. Concretamente, se ha registrado un repunte del 15 % y más de 80 víctimas en Cataluña y un 25 % en Valencia, en comparación con el año pasado. No hay que dejar de mencionar el caso de un joven de 24 años, Samuel, que murió este sábado pasado tras recibir una brutal paliza a la salida de una discoteca en A Coruña. Incluso, hay un movimiento que ha surgido llamado “Justicia para Samuel”.
Todo esto indica que todavía no hay una integración ni aceptación a la altura de los mensajes de libertad sexual y de género que se presumen desde varias esferas, incluida la política. Cabe plantearse si la necesidad de crear una sociedad más igualitaria en realidad está exhibiendo aún más las desigualdades.