Es una pregunta que desde el fulgurante ascenso de Pablo Iglesias se han hecho los círculos políticos mejor informados. Si Podemos es un experimento de ingeniería social salido de los laboratorios de la CIA con la necesaria ayuda del CNI para canalizar el creciente descontento de la izquierda española ante la corrupción y el descrédito de la clase política en la difícil Segunda Transición que acaba de comenzar. Ya hubo el precedente de la Transición democrática hace 40 años. En un brillante artículo titulado “¿Y si Pablo Iglesias fuera un agente del CNI?”, el veterano periodista Jesús Cacho lanza la pregunta que está en boca de los cenáculos políticos madrileños.
Pocos líderes europeos realizan masters en la elitista European Graduate School (EGS) de Saas-Fee (Suiza), fundada en 1994, y especializada en impartir cursos sobre teoría política y medios de comunicación. Pero Pablo Iglesias, un joven antifascista desde temprana edad, tuvo la facilidad de graduarse en esta escuela reservada a las promesas de la política internacional. Fue en 2011, el mismo año que entró en la escena política el movimiento del 15M.
Otra de las circunstancias que sembraron dudas en los círculos mejor informados sobre la transparencia de la carrera política de Iglesias fue conocer su entrevista en marzo de 2015 con el embajador de Estados Unidos en Madrid. Se consideró chocante que un dirigente que se proclama furibundo anticapitalista, antiimperialista y que financia su partido con fondos procedentes de las dictaduras chavista de Venezuela y de los ayatolás de Irán, se aviniese a hablar con el representante del “imperialismo norteamericano”, según la terminología del líder de Podemos.
Entrevista con el embajador de EEUU
En la entrevista con el representante de Estados Unidos en España, el embajador Jaime Costos sugirió a Iglesias la conveniencia de que Juan Carlos Monedero fuera apartado de Podemos con el fin de desactivar el ala radical y antinorteamericana de Podemos, según público mil21.es citando medios diplomáticos de Madrid.
La noticia causó revuelo político y desencadenó las críticas de Podemos hacia este periódico, pero la información se vio confirmada y con ello el fin del sueño de Monedero de construir una alternativa verdaderamente radical al sistema surgido de la Transición política.
La CIA acumula experiencia de infiltrarse en los partidos europeos de ideologías extremistas para controlar su evolución política
En medios cercanos al servicio secreto español no se considera extravagante la tesis de que la CIA se infiltre en partidos políticos de extrema izquierda y de extrema derecha, en colaboración con los servicios de inteligencia locales, para controlarlos a distancia y lograr un “efecto vacuna”. Es decir, evitar que formaciones de una y otra ideología verdaderamente independientes e incontrolables determinen el acontecer político en países firmes aliados de Estados Unidos.
Revoluciones de colores
En este sentido, las fuentes consultadas por mil21.es ponen como ejemplo de la infiltración de la inteligencia estadounidense en los movimientos de extrema izquierda europeos, algunos de carácter armado, a las “Brigadas Rojas” en la Italia de los años setenta del siglo pasado. Esta organización terrorista impidió que se consumase en el convulso panorama político italiano y en plena Guerra Fría el llamado “compromiso histórico” entre el Partido Comunista de Italia (PCI) y la Democracia Cristiana (DC). Para Washington la llegada de comunistas prosoviéticos al poder en un país de la OTAN tan estratégico como Italia suponía un grave revés y una victoria para Moscú.
Más recientemente los laboratorios de ingeniería social de la CIA estarían detrás de las llamadas “revoluciones de colores" en las antiguas repúblicas comunistas de Europa del Este. El objetivo de las mismas, como la “revolución naranja” en Ucrania, ha sido situar en el poder a dirigentes favorables a los intereses estadounidenses y europeos.
El SECED, predecesor del CNI, diseñó junto a la CIA la Transición democrática
Exitosa operación del CNI
El director del digital “Voz Populi” abunda en lo que comenta “el Madrid de los enterados” sobre la que sería más exitosa operación política del CNI, como hace cuarenta años llevó a cabo su predecesor el SECED al diseñar el inicio de la Transición política junto a la CIA: “Más de un contribuyente tendría por fin un motivo para pensar que, tras años ocupados en tapar los escándalos de Juan Carlos I, el dinero que le cuesta mantener los servicios de inteligencia está bien empleado (…) el pacto entre Pedrito y Pablete se ha puesto francamente difícil. ¡Parece que el CNI ha hecho bingo!”, apunta Jesús Cacho.
Segunda Transición
En la Segunda Transición política que acaba de comenzar en medio del descrédito general de la clase política por la corrupción y del proceso independentista catalán, surgen dos nuevos partidos: Podemos, para dar cauce a la indignación creciente de millones de españoles de izquierda que no se sienten representados por el PSOE. Y Ciudadanos, para ocupar el espacio del centro-derecha ante un PP desgastado por la corrupción.
Será labor de los historiadores y del periodismo de investigación conocer hasta qué punto el CNI dirigido por el general Sanz Roldán y los laboratorios de ingeniería social de los servicios de inteligencia de Estados Unidos están interviniendo activamente para que la Segunda Transición no descarrile. Ya lo hicieron en la Transición democrática que, con sus luces y sus sombras, deparó el periodo más largo de estabilidad de la historia contemporánea de España.