“Llamar concordia a esa oscura transacción es mucho más que una trampa del lenguaje y un desprecio a la inteligencia y a la madurez de los españoles; es, simplemente, la manipulación grotesca de uno de los valores más nobles de nuestra política para ponerlo al servicio de los propósitos más bajos”, y denuncia que el indulto reversible que propone Sánchez convierte “un derecho de gracia en un golpe de gracia a la democracia”.
Avisa a Sánchez que “ni él ni su partido están por encima de la ley, aunque sea ya evidente que les gustaría estarlo”. “¿En qué momento la socialdemocracia adoptó el principio de que la ley estorba a la concordia y a la convivencia? ¿Desde cuándo es revancha, venganza y castigo el Estado de Derecho y la Justicia?”, se pregunta.
Sostiene que “ni la Constitución, ni la monarquía, ni Europa, ni las leyes, ni la oposición son el problema de España” sino “un Gobierno entregado a una alianza sostenida solo por la voluntad de destruir la España constitucional”.
Por otro lado, advierte también de que el PP defenderá la Constitución, el Poder Judicial y la monarquía parlamentaria y asegura que mantendrá intacto el derecho de los españoles a decidir sobre cualquier cambio de su Constitución. “Sólo el PP puede ser alternativa electoral real a Pedro Sánchez y ofrecer esta garantía”.
"Cataluña nunca va a ser independiente y el Gobierno lo sabe. Lo único que quiere es estar dos años más en Moncloa, a costa de dejar una peor Cataluña y una peor España", recuerda. “No hay imagen más perversa que la subasta de la unidad nacional para amarrar una legislatura estéril. No hay instantánea más siniestra que el pacto de los herederos de ETA con el partido de 14 de sus víctimas, a cambio de unos presupuestos que son pura ficción”.
Afirma que “Sánchez está negociando la soberanía y la hacienda con defensores del terrorismo, delincuentes y golpistas, mientras una crisis sanitaria sin precedente arrasa las vidas, las familias, los trabajos y el futuro de millones de españoles”.
Sobre su asistencia a la manifestación del 13-J señala que la obligación del PP es estar “con la España real”. “El PP quiere representar la España real, no la del 2050; la de los españoles de carne y hueso, no de la propaganda y el humo de Moncloa”, señala, y adelanta que los españoles pasarán del “acto cívico” de manifestarse juntos el 13-J al “acto político” de votar unidos a la única alternativa a Sánchez que es el PP.
Asegura que celebrar un referéndum contra la ley es un delito “grave y peligroso” y pretender minimizarlo como paso previo para borrarlo “retrata a un Gobierno terminal, rehén de los que quieren destruir a España”.
Además, acusa a Sánchez, su Gobierno y los nacionalistas de fomentar intencionadamente las “fracturas, los radicalismos y las discordias y despreciar los esfuerzos por integrar y unir alrededor de grandes proyectos nacionales”. “Si los separatistas no abandonan sus amenazas, estamos abocados a que la historia se repita una y otra vez con el mismo resultado, diga lo que diga Pedro Sánchez y haga lo que haga el Partido Socialista”, opina.
¿Hay algún sector que este Gobierno no haya dañado?
Para Casado, el Ejecutivo de Sánchez “lo agrava todo y no resuelve nada” y que exige sumisión para una “equivocada agenda económica europea” que ni negocia ni explica, mientras “ejecuta una agenda radical de la mano de sus socios, caracterizados por un hondo europeísmo”.
Lamenta que “la declaración de Pedralbes, con la ignominia del relator incluida, sigue encima de la mesa que Sánchez ha aceptado retomar para negociar la autodeterminación y la amnistía, un desprecio más a nuestra democracia”. “El plan de Sánchez es la neutralización del PP como primer paso hacia la mutación constitucional, a través de un cambio ilegítimo y al margen del procedimiento previsto”, asevera.
Califica de “lamentable e irreconocible” la naturaleza política del PSOE actual. “Servir a España hoy significa para el PP reafirmarse como única alternativa a un socialismo entregado al nacionalismo y a los populismos radicales”, añade.
Acusa a Sánchez de pretender resolver sus propios problemas convirtiéndolos en problemas de Estado, y querer lograr su continuidad en el poder a costa de la continuidad de la Nación española, y critica que Sánchez anteponga su agenda ideológica sobre los intereses sociales de los españoles, atacando a sectores como la banca, el motor o el eléctrico.
Apuesta por intentar intensificar las relaciones con Marruecos y resolver una crisis sobre la que el PP llevaba avisando desde hace un año, siendo una “torpeza tremenda” lo sucedido con el líder del Frente Polisario y recomienda al Gobierno abordar estas cuestiones con rigor “porque no se puede mentir”.
“Pido que un país que lo está pasando mal tenga certidumbre en vacunas, mascarillas, fondos de recuperación y política social”, concluye.