OPINIÓN

El estado del estado (103): La verdad (XXVIII)

Carlos González | Sábado 15 de mayo de 2021
Es posible que de lo que más se ha escrito, experimentado, analizado, modificado y creado nuevos elementos muy perfilados puede que sea de la Jerarquía.

Grandes catedráticos de Derecho Administrativo, en las mejores universidades del planeta, se dedican cada día a estudiar y proponer nuevas ideas y fórmulas para una mejor aplicación del derecho en esta importantísima necesidad humana, que no es otra que: El mejor organizar la cohesión del mando para el mayor seguimiento de todos los ciudadanos de las órdenes que emanen de su liderazgo y de sus élites.

Primero, ¿Qué es la jerarquía?: Es la organización de individuos que ocupan y ostentan los distintos niveles de poder, competencia, decisión y, a la vez, obediencia ciega al superior, cuyo único fin consiste en facilitar que las decisiones importantes y trascendentes para todo el grupo que emanan de las mentes pensantes y decisorias lleguen hasta el último y menos importante ciudadano de ese grupo social organizado. Hay organización porque hay jerarquía.

Esta es la que determina que ese grupo actúe en conjunto, como un ente único y que compita con el exterior, sobre todo con sus iguales y oponentes, como si fuese un solo individuo.

Cuando las decisiones eran de un único líder físico era fácil que estas llegasen de viva voz a cualquier componente, y los demás comprobaban lo que ocurría si no obedecía el interpelado. En el momento que se asentó un pequeño poblado las órdenes ya debieron ser trasmitidas, ejecutadas y en su caso, sancionadas, por otros miembros a las órdenes del líder máximo, y siempre en su nombre.

Cuando las ideas, pensamientos, razonamientos dogmas e ideologías surgieron de un conjunto de individuos asociados a una cultura, y no de un único líder físico, ya se necesitó un grupo organizado y jerarquizado para crear, emitir y comunicar esa “Cultura”. Huelga decir que para trasmitirla y aplicarla a todo el grupo social, que ya se ha hecho extenso, es imprescindible, también, toda una jerarquía de personas e instituciones que en distintos niveles de competencia apliquen y controlen todas esas ideas y decisiones del “Núcleo de poder” de esa cultura o civilización, y las hagan llegar hasta el último rincón.

En el momento que sea crea un mínimo ejército es imprescindible dicha jerarquía y lo mismo sucede con cualquier grupo de funcionarios. Hay grupo social organizado con cierta extensión porque se ha creado una estructura jerarquizada que actúa como columna vertebral que facilita la toma de decisiones, obediencia, disciplina, orden y flexibilidad del grupo como si actuase una sola persona. Cuanto más organizada esté esa pirámide mucho mejor funcionará ese grupo social, y sus éxitos o fracasos pueden ser estudiados muy directamente, analizando y sacando los pormenores de su estructura jerárquica, y los niveles de tecnificación de la misma.

Se comenzó hablando de los mejores catedráticos de derecho administrativo, porque los mayores avances en el mundo del derecho en esta disciplina, es decir, en la técnica que facilita una mejor organización humana son posteriores al derecho Romano. Es la gran superación que se ha producido respecto a aquél. Los creadores de dicho derecho Romano no estudiaron en profundidad ni crearon técnicas Jurídicas en este apartado. Hoy es cuando se estudia en las universidades un compleja técnica de aplicación de leyes concretas que facilitan y determinan que ese grupo se organice creando por ley los órganos que van a llevar a cabo una buena toma de decisiones para todos. Fijan cómo se accede a los mismos, qué competencias tendrán, quién las supervisará, y así hasta una extensa red de leyes y reglamentos que marcarán de forma muy pormenorizada cómo se adoptan las más importantes decisiones en el núcleo de poder de un Grupo Social organizado. Se han de adoptar esas decisiones-órdenes por las personas e instituciones más formadas y mejores conocedores de los problemas políticos, económico y sociales, y que al mismo tiempo se adopten sin nepotismo ni corrupción y que sean seguidas y obedecidas por el 100% de los ciudadanos a los que les afecta. Todo esto se ha conseguido con las técnicas jurídicas del derecho Administrativo.

Todo el cambio político del antiguo régimen hasta el actual, el Constitucional, es que antes la cabeza de esa jerarquía era el Rey, nombrado por Dios, y hoy dicha cabeza es el nombrado por las leyes cumpliendo un extenso sistema legal. Puede que a partir de ahí la jerarquía sea muy parecida, y, por supuesto, el fin es el mismo, que las decisiones del grupo lleguen y se cumplan por todos los ciudadanos afectados.

Lo que sí es también cierto es que de los mejores y mayores mecanismos de tecnificación y control saldrá un tipo y otro de jerarquía, y esto es trascendente para cualquier grupo organizado. Que haya una buena o mala jerarquía facilitará o no el desarrollo de todo tipo de dicho estado, y del bienestar de sus ciudadanos.

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