La resaca de las elecciones madrileñas nos permite seguir haciendo comentarios y analizar sus consecuencias inmediatas.
Nuestros amigos estaban puntualmente en la mesa; con el primer sorbo el marino espetó:
—La semana pasada hicimos una primera aproximación de las autonómicas madrileñas, desde entonces no han dejado de producirse noticias, algunas previsibles, otras inesperadas, pero nos faltó alguna valoración y reflexión sobre algún partido y sus movimientos poselectorales.
La joven profesora, con una leve sonrisa comenta:
—Si, es verdad, dimos un repaso a los participantes, pero nos dejamos a los triunfadores de las elecciones, PP y Más Madrid, además del impacto por el abandono de Pablo Iglesias y la purga de Ángel Gabilondo.
—Has dicho bien, triunfadores, pero debo hacerte unas matizaciones. El PP no ha ganado las elecciones, las ha ganado Diaz Ayuso, ha sido una apuesta individual, con una estrategia y acción muy personal, al punto que no se puede extrapolar esos resultados al resto de España como se ha vendido desde Génova, 13, como tampoco se le puede quitar importancia, como se hace desde Ferraz por lo que hay de castigo al PSOE y un posible cambio de tendencia. Una vez más, esto nos recuerda aquel dicho «Las victorias tienen muchos padres, mientras que las derrotas son huérfanas».
Entiendo que el PP hará bien administrando con prudencia ese triunfo que no deja de ser con muchos votos prestados; sin contar que en su electorado hay muchos votantes todavía defraudados, desengañados y que piensan que ese partido está en manos de «guapiboys», y esto es muy fotogénico, pero insuficiente para ganar unas elecciones generales con una mayoría para gobernar, que es algo más que gestionar, máxime en un país electoralmente muy fragmentado, en un momento delicado y con muchos frentes.
Más Madrid ha sabido hacer su campaña y ha enseñado un guante de seda, si bien debajo hay una mano de hierro, son la cara amable de la misma propuesta comunista de Unidas Podemos. No olvidemos que pertenecen a esa ideología que la Comisión del UE tachó, en resolución de septiembre-2019, como totalitaria y responsable de millones de muertos, purgas y persecuciones.
El «sorpasso» de Más Madrid al PSOE tampoco es extrapolable al resto del territorio nacional. Ni tienen estructura, ni infraestructura, ni un proyecto realista —salvo alcanzar el poder—, además estamos ante unas formaciones disonantes entre sus propuestas, con sus hechos y la realidad social. Que venden demagogia, que presumen de defender a la clase trabajadores, cuando su base electoral es muy urbana y no responde a ese perfil y cada vez más desconectados de esos votantes.
La joven profesora contrapone:
—Eres muy severo en tu juicio sobre Más Madrid, pero no me podrás negar que han sabido aprovechar la oportunidad para hacer una campaña muy efectiva.
—Tienes razón —comenta el marino—, Más Madrid ha sabido nutrirse del desafecto, de la pésima estrategia del PSOEy su desgaste por cómo ha llevado todo lo relacionado con la pandemia que, hasta estas elecciones, según los sondeos, parecía que no hacerle mella.
Realmente el mundo electoral es apasionante, analizar sus contradicciones, ver las interpretaciones que hace el electorado de esos movimientos y como se analiza, se interpreta y se «venden» en la noche electoral, los resultados de cada uno de los partidos.
Estas han sido unas elecciones singulares, puesto que sus resultados han traído consecuencias inmediatas en algunas formaciones.
Pablo Iglesias, aunque muchos celebren su salida de la política y lo consideren amortizado por su trayectoria, por el descrédito a su gestión y a su hemeroteca. Aunque la norma es que cuando no se está subido en el machito el final es el ocaso y la desaparición de la escena pública, pero este caso puede ser la excepción que confirma la regla.
Garantizada su economía, está en su hábitat natural. Ha soltado amarras, sin tener que trabajar —lo que parece no ser una de sus grandes pasiones—, ya no le vincularán los malos resultados electorales de su partido y se queda con lo que le gusta: enredar, soltar soflamas demagógicas, pseudointelectuales, utópicas y practicar el adoctrinamiento. Se puede aventurar que, aunque sus pamemas cada vez tienen menos público, que lo veamos reinventado y sin aportar nada positivo, pero generando discordia y confrontación.
Media nuestra amiga:
—Algunas de las consecuencias de estos resultados electorales se han visto en el PSOE. Ángel Gabilondo, sin duda, no era el mejor candidato en este momento, pero desde su partido le han destrozado la campaña y la máquina de «triturar carne» ha sido bastante cruel con él. También lo ha sido con José Manuel Franco; el PSOE que tradicionalmente se caracterizó por proteger a los suyos, en este caso, no le han recompensado los servicios al gobierno desde la delegación de gobierno madrileño. Aunque el fracaso electoral del PSOE está más arriba, en la Moncloa, por esa política mendaz, la escasa trasparencia y sólo dedicada al marketing.
Concluye el marino.
—Podríamos seguir contando, narrando y analizando, hay materia para unos cuantos capítulos, pero nos deberíamos dar una tregua porque el tema cansa. Seguro que tendremos muchas más cosas que contar, por lo que no será malo que tomemos distancia y disfrutemos todo lo que podamos.
Entre risas, nuestros amigos se levantan de la mesa, miran la belleza de este mar primaveral y deciden dar un paseo a lo largo del mar.
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