En lo que llevamos de elecciones a la comunidad de Madrid, precampaña y campaña, hemos asistido a lo que se ha convertido hoy día la política. Y me temo que años atrás no fue mucho mejor, pero la ciudadanía poseía menos información.
¿Y qué es hoy día la política en España?
Un bufet libre de todo a 1 euro y cada uno de los platos de peor calidad que el anterior. En esta comilona participan todas las derechas incluido el auténtico centro derecha hispano, el PSOE. Desde Suresnes el socialismo español se entregó al poder establecido. ¿Y cómo era el poder establecido mundial en el mundo occidental? De primer plato derecha, de segundo derecha y de postre derecha. Como acompañamiento etílico parte de la prensa con un discurso ligeramente escorado a la izquierda. Lo que ocurre es que en este contexto de los años setenta todo era en blanco y negro, salvo algunos grises con los que nos entretenían a los y las que tenían pensamientos progresistas. El Partido Comunista Español pagó su tributo para participar en la llamada fiesta de la democracia, sin democracia plena, ¡eso sí! España estaba tutelada básicamente por EEUU a través de nuestros presidentes del Gobierno, la oposición llamada socialista y por supuesto, por la figura del emérito campechano. Defender el divorcio era de izquierdas, ¡y entrar en la OTAN también! Esa era nuestra izquierda. Socialmente pequeños progresos y económica, laboral y políticamente derecha o centroderecha dependiendo del momento. Y de ahí hemos llegado hasta hoy, sin dejar atrás las estructuras franquistas junto con el ideario fascista. Y que los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial sigan teniendo reminiscencia del 36 de una u otra manera.
El debate de los y las aspirantes a presidir la Comunidad de Madrid ha vuelto a traernos imágenes en blanco y negro con un Más Madrid demostrando ser la zona gris.
Gabilondo que antes de ayer pactaría con Ciudadanos y Ayuso, pero no con Iglesias, ahora en un giro a cámara lenta, previsible, ridículo y que solo epata por su falta de soltura e imaginación, dice que gobernará con el candidato de la zona gris (donde se nos hace creer que habitan los progresistas) y pide a Iglesias unidad para vencer. Y a cambio el generoso catedrático de metafísica transmutado en metafísica, conforme avanza la campaña, ofrece a Unidas Podemos permitir apoyarlo para Gobernar a la par que arenga, desde el púlpito imaginario que se ha creado, a Iglesias. “Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones”.
Vox a lo suyo, ¡más y más odio! Lo que creo que es un error pues a todos los racistas ya los y las tiene con ellos. Ayuso ha aguantado el temporal apenas pronunciando un par de veces el acrónimo PP. Ciudadanos hundido y desaparecido.
Y la única diferencia con la política española desarrollada desde el 74 es que Podemos, a través de Iglesias lo ha vuelto a hacer. Ha desenmascarado a todas, al PSOE sin querer, y se convierte una vez más en la única verdad de estas elecciones. Como en todas las elecciones celebradas desde que nació Podemos. Porque ¿nos podría explicar el señor Gabilondo que transfiguración se ha producido en Iglesias para que ahora al menos se digne permitir que Unidas Podemos apoye su Gobierno “serio, soso y formal”? La explico yo. Iglesias sigue siendo el mismo político que ha sido desde siempre. No engaña. Pero el PSOE ya ha comprendido lo evidente: que los restos de Ciudadanos van al PP, que ellos están perdiendo votos hacia la zona gris que siempre han representado y en la que gran número de sus votantes se sienten muy cómodos y está alimentando a Más Errejón, y que si quiere gobernar no lo podrá hacer jamás sin el apoyo de Más Errejón y Unidas Podemos. Pues sus socios prioritarios, Cs y Ayuso han demostrado, el primero que va a desaparecer y la segunda su aporofobia e inhumanidad superlativa. Gabilondo el metafísico convertido en entelequia va a la deriva en su particular Balsa de la Medusa y aún no se ha percatado.
Con respecto al bufet de todo a 1 euro decir que: Unidas Podemos es vegetariana y se prepara la comida en casa, desde la verdad y la solidaridad con toda la gente. ¡Bon appetit!