OPINIÓN

Como el nazismo, Israel pone en marcha el apartheid sanitario y la estrella de color que lo acompaña

Luys Coleto | Lunes 05 de abril de 2021

Estimo el antijudaísmo siniestra patología. Moral e intelectual. Y cierto es que tras las críticas al estado israelí se esconde el paranoico, generalizado, permanente, profundo, obsesivo, peligroso, quimérico, fácil, burdo, infame e injurioso odio al judío de toda la puta vida. La eterna y diabólica judeofobia. El judío, el perfecto chivo expiatorio. Pero hoy, Israel, con su campaña de “vacunación” exige rocoso desprecio. Sin más.

Israel, “modelo” de “vacunación”

Israel, luces y sombras, como tantas cosas en la vida. Su mayor sombra, Mossad, obvio, tan mafioso y narcota como todos los servicios secretos. Y luces innúmeras. Israel, ¿casualmente? , presentado ante el mundo como la nación donde la vacunación contra la presunta covid se encuentra más avanzada. Horror presente, plan de vacunación. Casi toda la peña con el puto matarratas transgénico en el cuerpo en Israel. Modelo y arquetipo. Del espanto, obvio.

Insignia de identificación verde para los vacunados, insignia de identificación roja para los no vacunados: Israel, decididamente a la vanguardia del "progresismo" consigue imponer tanto la vuelta de la estrella de David a su población como el apartheid sanitario.

Sin apenas crítica audible en los círculos políticos y mediáticos, tan apegados a los derechos humanos. Los derechos y libertades, parece ser, se detienen palmaria y manifiestamente a las puertas del maravilloso mundo Covid. Presente y por llegar. Ya que habéis llevado obedientemente los bozales, id preparando los hexagramas amarillos.

Cómo es el apartheid sanitario israelí

Uno. El gobierno ha anunciado un sistema de "insignias de identificación", de color púrpura para los que no están vacunados o sólo han recibido una dosis, y de color verde para los que han recibido su segunda inyección o se han "recuperado" de la supuesta covid.

Dos. Los centros comerciales, las bibliotecas, los museos, los cafés y algunos lugares de culto abrirán en modo "púrpura". Y los gimnasios, los eventos deportivos y culturales, los restaurantes (con reserva) estarán abiertos para los titulares del "distintivo verde", es decir, los que tengan un certificado de doble vacunación o de recuperación".

Tres. La población queda así dividida en dos categorías, las personas sana y las potencialmente peligrosas, y los derechos de estas mujeres y hombres no van a depender de su condición humana, sino de un criterio "sanitario". El acceso a la vida social dependerá de si pertenecen a una categoría verde o roja. Israel es el primer país que oficializa tan abiertamente el apartheid sanitario. Lo afirma el anterior Ministro de Defensa - el Covid es, evidentemente, una guerra poblacional bajo pretexto sanitario: "Estamos avanzando con un desconfinamiento responsable en forma de 'si estás vacunado, puedes entrar, afirmó en su día tal ministro de la guerra, Benny Gantz.

Tan semejante a los nazis…y la exigible rebelión

Obviamente, el marcaje de la población recuerda peligrosamente al uso de la estrella: el judío era peligroso por ser judío, y por ello debía ser estigmatizado en la sociedad nacionalsocialista. Y en tantas otras. Israel adopta idéntico criterio con respecto a las personas no “vacunadas” o “vacunadas” de forma incompleta: presentan un riesgo potencial para la sociedad propia.

…El poder tiene miedo a la desobediencia, porque entonces se derrumba. Se alimenta de nuestro miedo, de nuestra debilidad, de nuestra obediencia. Cuando el poder gobierna contra el pueblo pierde absolutamente toda legitimidad, y el pueblo tiene entonces el deber de desobedecer para salvar a su país. Si no, prepara tu insignia identificativa, tu estrella, tu gueto, tu tumba.

En fin.


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