Lúcida y virtuosísima dirección de Tim Story (La barbería, Los 4 fantásticos, Shaft), y guión de Kevin Costello, el reparto de la película cuenta en su haber con Chloë Grace Moretz( La quinta ola, Suspiria), Michael Peña (Ant-Man, Dora y la ciudad perdida), Rob Delaney (Hobbs & Shaw, Deadpool 2), Colin Jost (Verano en Staten Island) y Ken Jeong (Crazy Rich Asians). Y un nutrido conciliábulo de comparsas humanos…
Gloriosos mamporros…y más…Porque, por supuestísimo, nuestro dos admirados bichejos, a la sazón felino y ratonil, continúan siendo los protagonistas. Y los mejores. Y optando en esta ocasión por mixturar tradicional animación y personajes "reales". En ese sentido rememoremos tres alhajas: Space Jam, Looney Tunes: De nuevo en acción y, todavía al día de hoy, la mejor, venerable y venerada cinta de culto, casi inalcanzable presea, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?
La cinta, en principio, nos cuenta cómo se conocieron Tom y Jerry. Y cómo brotó la insuperable e insuperada rivalidad, diríamos enemistad, entre ambos. Y su posterior devenir. Las indelebles persecuciones, los fascinantes guantazos, las peculiarísimas trampas. Y en nuestro filme tenemos todo eso de sobra. Jerry, genial liante, montando el numerito allá donde se halla, sin remordimiento alguno y, en el ínterin, Tom llevándose golpes a diestro y siniestro, mientras trata inútil y estúpidamente de atraparlo, vindicando y, desde luego, cristalizándose durante todo el metraje el embriagante y poderoso humor made in Hanna Barbera, además de, en esta ocasión, Warner.
Lastimosas tramas nupcialesLa historia "humana", absurda. Y tediosa. Enlace matrimonial como leitmotiv. El film solo deviene grande y fortachón cuando se centra únicamente en Tom y Jerry. Y en su visceral y saludable animadversión. Sin embargo, todo lo que les rodea, toda la trama nupcial, produce la "extraña" sensación de estar asistiendo a un lastimoso déjà vu. Podría haber derivado, inteligentemente, hacia una disparatada y enjundiosa comedia familiar. Nada. Nasti de plasty.
A lo que nos enfrentamos, más allá de subyugadores roedores y félidos, es a una de esas mediocres películas dizque románticas de los decadentes 2000 como Sucedió en Manhattan o 27 vestidos, con el ineludible toque políticamente correcto, étnico en esta ocasión, de por ejemplo Bodas y prejuicios. Y, por supuesto, la mixtura esboza e hilvana hecatombe. Incluso la cinta de animación que protagonizaron ambos bichos en 1992 es recordada con más cariño y nostalgia, a pesar de que algunos sigamos estimándola como una innecesaria y humillante herejía cinematográfica.
La innecesaria cagarruta multicultiLo dicho. Dos animalesco tipejos, maravillosos, y un vano, además de banal, esfuerzo por concederle un inmerecido protagonismo a Chloë Grace Moretz. Y lo de siempre: la dictadura de la corrección política triturando lo mejor del cine. En Raya y el último dragón, despedazando la masculinidad. En Tom y Jerry, ridículo toquecito "multiculti". Es la demografía, obvio. Y las reducciones y sustituciones poblaciones. Y las mutaciones antropológicas en ciernes. Transhumanistas, verbigracia. Y las sociópatas agendas - 2025 alien, 2030, 2045- y más allá.
En fin.