Joaquín ABAD | Miércoles 02 de diciembre de 2015
Los españoles pagaremos la quita del 80 por 100 de la deuda de 9.000 millones de euros de Abengoa propuesta por la Banca. El escándalo provocado por la mayor quiebra de una empresa española es una excelente ocasión, a veinte días de las elecciones generales, para pedir a los políticos que se comprometan, de una vez por todas, a no pagar con nuestros impuestos las millonarias deudas producto del saqueo de políticos, sindicalistas y amigos del poder encaramados a los consejos de administración de grandes empresas y cajas.
No sé cuántos pisos se pueden comprar por nueve mil millones de euros, que es la cantidad que se calcula que Abengoa, ese pulpo de origen andaluz que tiene cogidos por los huevos a cientos de políticos de todos los partidos, debe a la Banca. Pero seguro que a los inquilinos que desahucia porque no pueden pagar la hipoteca no les hace una quita del 80 por ciento, como proponen hacérselo a dicha empresa.
Dice la Constitución que se votó en el 78 que todos somos iguales ante la ley. Que no ante la Banca, claro. Porque cuando el que le hace un calvo a la entidad de crédito es un Benjumea, con once millones que se lleva de indemnización por cese anticipado, los banqueros -ya saben- el Santander, el HSBC, etc., se ponen en cola para perdonarles, sí perdonarles, nada menos que el ochenta por ciento de lo que les deben.
En fino a esa argucia, falsedad, ocultación, embuste, mangancia… le llaman “quita”. Pero vete al banco a que te hagan una “quita” si les debe cien mil euros de tu piso de ochenta metros cuadrados y les dices que quieres ser como Benjumea y que les das veinte mil euros y pelillos a la mar.
No cuela, ¿verdad? El director de la sucursal te mandará a los servicios jurídicos y en un pis pas llegará el secretario judicial y se quedarán con tu piso de ochenta metros cuadrados porque no pudiste pagar los últimos recibos de la hipoteca que llevas pagando religiosamente desde que tenías uso de razón.
Aunque sólo te falte un cinco por ciento, la Justicia siempre estará de parte del que te prestó el dinero. Y todo porque no eres un Benjumea, apadrinado por el propio Juan Carlos, el emérito, que llamaba al teléfono privado del banquero para que no dejara de fluir el río de millones que siempre llegaba a Abengoa. Que para eso se llevaba su buena comisión, por supuesto.
Está muy claro. Si eres un partido político, como el PSC de Cataluña, la Caixa te condona la deuda. Te la perdona, como a muchos partidos políticos. ¿Que el pesoe se ha endeudado en demasía en la última campaña electoral? No pasa nada. Se manda el expediente a fallidos, como siempre, y a otra cosa. Que a estos que tienen el BOE no hay que molestarlos con minucias.
Al fin y al cabo qué son 7.200 millones que hay que perdonar a Abengoa, si el Gobierno del PP o el que venga después del 20D, no tengan ustedes la menor duda, va a hacer los apaños pertinentes para que los españoles paguemos entre todos la deuda de Abengoa, como pagamos la de las cajas.
A veinte días de las elecciones generales el caso Abengoa es una excelente ocasión para obligar a los políticos a que se comprometan, públicamente y por escrito, a que si llegan al poder los españoles de a pie no tengamos que pagar los benjumeas y cajas que, a buen seguro, se seguirán produciendo.
Hagan la prueba. Verán ustedes como ni los marianos, ni los pedros, ni los alberts… se comprometerán a ello. La Banca seguirá perdonando las deudas a los ricos. Usted solo a ingresar para engordar la cuenta de resultados.
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