La mano derecha de Vladimir Putin, Dmitry Medvedev, hizo saltar todas las alarmas tras las incendiarias declaraciones del pasado lunes a la agencia de noticias rusa Interfax.
Una vez más, la ley de 'Internet soberana' rusa de 2019 salta a la palestra. Y es que desde entonces, Rusia tiene la capacidad de aislarse del resto de la World Wide Web.
Medvedev, por su parte, se refirió el pasado lunes a esta posibilidad, aunque de momento no ve ninguna razón para hacerlo, ya que además podría ser un "arma de doble filo".
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, explicó que Estados Unidos retiene "derechos clave de control" sobre Internet, lo que sí podría provocar la citada desconexión "si sucede algo extraordinario".
"Incluso tuvimos que crear nuestro propio sistema para transmitir información para que podamos intercambiar mensajes electrónicos si esto sucede de repente", ha reconocido.
Por otro lado, ante las protestas que se han levantado en decenas de ciudades de todo el país por la detención del crítico Alexei Navalny, advierte que las autoridades podrían "ralentizar" el tráfico e incluso "suspender" las operaciones de las redes sociales si asumen "una postura francamente inamistosa hacia Rusia", recordando que "tenemos la posibilidad de influir en ellas".
"Está la Fiscalía que, llegado el momento, podría adoptar ciertas resoluciones, en particular sobre la ralentización del tráfico o la suspensión de las operaciones", ha explicado, reconociendo que "la suspensión es una medida muy radical, drástica, mientras que la ralentización del tráfico podría surtir efecto".
"No queremos que llegue a eso, pero estoy seguro de que en otros países también se lo están planteando", ha defendido, poniendo el ejemplo de China, donde "se comunican a través de sus propias redes sociales".