Luys Coleto | Lunes 14 de diciembre de 2020
Memorable recuerdo de abril del presente año. Mientras una parte de mis compatriotas sendereaba la vereda de la infrahumanidad mostrando desusada puntualidad a la hora de aplaudir desde el balcón su propia autoesclavitud, otros se entrenaron en la repugnante modalidad de chivatos vocacionales. Y sin fronteras. Balconazis.
Balcobolches. Los chotas de toda la vida, vamos.Entre terroristas y chotasEn verano el terrorista - generador y difusor de terror - Iñigo Urkullu alentaba a los ciudadanos a denunciar a quienes no cumplieran con las liberticidas normas. La televisión pública vasca, ese detritus innominado etebé, reclamaba la habilitación de teléfonos de denuncia ciudadana. La caza de brujas de los estados totalitarios, engrasada y en marcha. Políticos en Usa y en múltiples países alientan y fomentan actitudes semejantes de denuncias ciudadanas propias de regímenes totalitarios.
Disfruta de tu cóctel, soplónHoy, escuchando el nuevo disco de la gloriosa banda navarra, Lendakaris muertos. Miedo a un Planeta Plano (Vol. 1). Y el toque de queda. No aguanto encerrado. Y surgen "los ladrones de cuerpos". Ratas que "salen de sus madrigueras". Odiosos "extraterrestres me gritan desde el balcón". Chotas y chivatos. Un piojoso snitch, soplón de toda la vida, "escucho sus aullidos llamando a la madera". Delatores de manual. Soplacirios de la ilegítima y terrorista autoridad de turno. Lástima, esta noche duerme caliente algún soplón, claro. Pero, también, esta noche "se celebra un cóctel en tu balcón".
Pues lo dicho. Cóctel Molotov Al Chivato Del Balcón. Cabrón. Un cabrón muy “responsable”. Y “solidario”. Y te lo creíste, cabrón. En fin.
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