Luys Coleto | Viernes 27 de noviembre de 2020
Tras la napolitana falsa bandera contra él, Operación China, siempre se habló de otra conjura contra Diego. Mundial de Estados Unidos. 1994. Y recordemos un dato crucial: Diego jamás se drogó en aquel mundial. En realidad lo que tomó Maradona era un suplemento vitamínico de venta libre en ese momento en Estados Unidos, Ripped Fuel: no era ninguna droga. Pero aclaremos también: no hubo conjura ni maniobra contra Diego en aquel mundial. Aunque sus simpatías hacia Fidel Castro, el Che Guevara y Cuba alimentaron todo tipo de suspicacias, ninguna mano negra obró contra Diego. En la Nápoles capitaneada por la siniestra camorra del clan Giuliano, en cambio, sí.
La caliginosa sombra del dopaje...y del complot
Tras la victoria en el 86 y el subcampeonato en el 90, Argentina devenía clara favorita en aquel Mundial. Y Diego retornaba exuberante al fútbol. Excelente nivel en los dos primeros partidos, con un magnífico gol a Grecia, tras lustroso pase del inolvidable vikingo Redondo, resonado momento berreando a la cámara. Y el 25 de junio Argentina se enfrentaba a Nigeria en el segundo partido del Grupo F. Porto Alegre, el mismo día en que Maradona jugó su último partido en un Mundial, ante el mismo rival, pero 20 años después.
Y todo ello porque tras vencer a la selección africana por 2 a 1 en el segundo partido, brotó la palabra maldita: dopaje, efedrina mediante. Y la sumisa AFA retira a El Pelusa del campeonato a petición de la FIFA. Junto al también oscurísimo caso del glorioso atleta Ben Johnson, hito del siglo XX.
Versiones alternativas de todo tipo
Días decisivos, entre dos megaurbes yanquis. Entre Boston, lugar de concentración de la selección argentina y Dallas, donde jugaría ante Bulgaria el último encuentro de la fase de grupos. Desde ese día, multitud de versiones. A cada cual más peculiar.
Gotas nasales, cóctel casero o un bloqueador para la cocaína. Incluso la celebérrima e injustamente denostada enfermera - bautizada en su día como La viuda blanca - que retiró al eximio futbolista del campo, algo extraño hasta ese momento. Todo era falso, pero todavía muchos siguen creyendo en algunas de esas versiones que transitaron en aquella tórrida canícula del noventa y cuatro.
En este caso, la navaja de Ockham, válida
Muy sencillo de entender. Maradona trabajaba con el fisicoculturista Daniel Cerrini, con quien se sometió a un estricto – casi draconiano - régimen durante meses para bajar de peso. Todo ello acompañado de suplementos dietéticos. Y uno de ellos, el Ripped Fuel, ains, contenía efedrina, sustancia estrictamente prohibida por la FIFA. ¿Negligencia, desidia o responsabilidad compartida?
Y, como dice la bellísima canción de Silvio Rodríguez...y nada más. En fin.
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