OPINIÓN

El influyente padrino de Soraya

Enrique MONTÁNCHEZ | Miércoles 21 de octubre de 2015
Todo son nervios. Mariano Rajoy no anunciará las listas electorales del PP hasta el último momento. La razón: no será el candidato de los populares en las generales del 20-D. Al menos eso es lo que aseguran las fuentes que conocen bien la trastienda de La Moncloa.

El presidente del Gobierno ha cedido a las encuestas y no volverá a presentarse, pero no quiere dar ventaja alguna a Pedro Sánchez ni a Albert Rivera. Cuanto más tarde se sepa quién le sustituirá como cabeza del cartel popular, mejor.

Aun así, Mariano Rajoy quiere jugarse una última carta en el Congreso del Partido Popular Europeo (PPE) que se celebra en Madrid los días 21 y 22 de octubre con la asistencia de los líderes conservadores encabezados por Angela Merkel.

Se valdrá de la foto de familia con la canciller alemana y las caras más conocidas de las instituciones europeas para transmitir a la sociedad española que cuenta con el apoyo de los dirigentes que gobiernan dos tercios de la vieja Europa.

Solo resta saber si los conservadores europeos confían en Rajoy o lo dan por amortizado. Merkel conoce a la perfección la situación política española y el deterioro del líder popular.

En Moncloa su círculo más próximo sostiene que el Presidente está en condiciones repetir un segundo mandato porque los sondeos internos predicen que el PP volverá a ser el partido más votado. Otra cosa bien distinta es que pueda formar Gobierno si los escaños del PSOE y Ciudadanos superan a los de la bancada popular.

Y es en la sucesión del registrador de la propiedad gallego donde las fuentes conocedoras de lo que se cuece en la trastienda difieren.

Mientras unas dan como candidato a Núñez Feijóo, el único barón al que no ha salpicado la corrupción, gallego y amigo de Rajoy; otras, en cambio, aseguran que la “tapada” del presidente es Soraya Sáenz de Santamaría.

La “vice” tiene el apoyo de la Banca, de las grandes empresas del Ibex 35 y de los editores con más peso de la prensa española, en pago por sanear las cuentas de El País y El Mundo. El poder en estado puro.

Las fuentes desvelan que Soraya Sáenz de Santamaría cuenta, además, con un influyente aliado, un padrino en la sombra, que se mueve con soltura entre los grandes gobiernos occidentales.

Un hombre respetado, que con sigilo, lleva tiempo dando a conocer el nombre de la “vice” en determinados despachos de Londres, Berlín, París y Washington donde el poder no es una entelequia.

No es un político profesional, pero le escucha el poderoso John Kerry, jefe de la diplomacia norteamericana, que acaba de estar en Madrid y ha sido recibido por Felipe VI y Mariano Rajoy.

Kerry se ha interesado por la decisión de Rajoy. Estados Unidos no quiere sobresaltos en España, ahora que la situación con Rusia y China se le pone cuesta arriba.

Las bases de Rota y Morón han redoblado su importancia estratégica, tanto para las operaciones del Pentágono en el Mediterráneo y Oriente Medio como en África, continente que adquiere una importancia cada vez mayor.

El botón de muestra, la intervención militar de Estados Unidos en Camerún con el mix petróleo-yihadistas una vez más como telón de fondo.

En menos de un mes han visitado Madrid los dos ministros más influyentes de Estados Unidos: Defensa, Ashton Carter y Exteriores, John Kerry.

Una coincidencia que nunca antes se había producido. Y justo a pocas semanas de unas elecciones donde está en juego, nada menos, que el cambio del modelo constitucional de España.

Las fuentes conocedoras de la trastienda dicen que de las visitas Kerry-Carter y de las gestiones del hombre en la sombra, ha salido reforzada la candidatura de Sáenz de Santamaría para encabezar la lista del PP.

Quedan pocos días para que el presidente del Gobierno despeje la incógnita. Feijóo responde a quienes le preguntan que está a disposición del partido, pero en Galicia ya saben que tiene la maleta preparada.

Soraya mantiene silencio y aguanta los rumores, jaleados por el aparato de la calle Génova, sobre la ruptura de su matrimonio basados en las fotografías subidas a la red de una salida nocturna hasta las cinco de la mañana en una discoteca madrileña. Las cartas, y no precisamente esotéricas, están echadas. Comienza una nueva partida.