CLAVES

Sorpresa del jefe de las fuerzas de EEUU en Europa por las nuevas armas y rapidez del Ejército ruso en Siria

Enrique_MONTÁNCHEZ | Miércoles 21 de octubre de 2015

El éxito militar de Rusia en Siria ha sorprendido al jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Europa, teniente general Ben Hodges. “La capacidad de los rusos de mover gran cantidad de fuerzas muy rápido y sus nuevas armas no es algo que nos guste”, asegura el máximo responsable del Pentágono en suelo europeo. El sobresalto se ha extendido a la OTAN, según revela el periódico italiano “Il Giornale”.

En declaraciones a la publicación “Defense News” el 18 de octubre, el general Frederick Benjamin (Ben) Hodges (57), jefe de las fuerzas estadounidenses en Europa, muestra su sorpresa por “la capacidad de los rusos de mover un montón de cosas muy rápido”.


Y se sincera al reconocer que “yo soy uno de los sorprendidas por el movimiento de los rusos en Siria. Pensé que estaban tan estresados ​​con lo que estaban haciendo [en Ucrania] que no me di cuenta de que también tenían capacidad de trasladarse a Siria”.

El general Hodges, jefe de las tropas de EEUU en Europa, desvela que se ha visto sorprendido por la capacidad militar de los rusos El máximo responsable militar norteamericano en suelo europeo admite que Moscú tiene mayor potencial de lo que había imaginado y deja en evidencia a los servicios de inteligencia por no advertirle de los pasos que estaba dando el Ejército ruso.

Reconocer un “agujero negro” de esta magnitud obligará a un replanteamiento general de la inteligencia militar de la Alianza Atlántica y, probablemente, el cese del general Hodges, a juicio de las fuentes consultadas por MIL21.

En estas circunstancias es lógico preguntarse si en un eventual enfrentamiento entre la OTAN y Rusia a causa del conflicto de Ucrania o cualquier otro que surja, los ejércitos aliados disponen de una información real de las capacidades militares de Rusia o si actuarían prácticamente a ciegas en una confrontación de consecuencias imprevisibles.
Estados Unidos no esperaba que Rusia, con su economía en retroceso por la caída del precio del petróleo y las sanciones, dispusiera de una moderna y eficaz maquinaria militar
Washington estaba convencido de que Rusia, con una recesión económica del 3,5% prevista para este año debido a la caída del precio del petróleo, a la falta de liquidez y a las severas sanciones económicas occidentales por la adhesión de Crimea, no estaría en condiciones de afrontar una costosa aventura militar expedicionaria lejos de sus fronteras.

Burbuja rusa en el Mediterráneo

En sus declaraciones el general Hodges afirma que “desde Kaliningrado y Crimea, Rusia es capaz de negar el acceso [de las fuerzas de la OTAN] al Mar Báltico y al Mar Negro”.

Y añade: “Asimismo, tienen la capacidad de crear una especie de burbuja que abarca más de un cuarto del Mediterráneo con los sistemas de defensa aérea que se han desplegado en Siria”. Sin citarlos expresamente, se refiere a las distintas familias de misiles antiaéreos S-300, a los bombarderos que operan desde la base aérea de Latakia y a los buques de guerra desde la base naval de Tartus.

Los estrategas del Pentágono han subestimado la capacidad de sacrificio del pueblo ruso y parecen haber hecho caso omiso de las “lecciones aprendidas” que estudian en las academias militares sobre la denominada “Gran Guerra Patria”, que supuso para la Rusia laminada por la invasión nazi poner en pie de guerra una gigantesca maquinaria militar con millones de hombres y mujeres.

Nerviosismo entre los legisladores de Washington

En este caldo de cultivo, la agencia Reuters desvelaba el 8 de febrero en una información exclusiva que los Comités de Inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes estadounidenses habían comenzado a investigar “por qué las agencias de inteligencia tardaron en comprender el alcance y la intención de la ofensiva de Rusia en Siria”.

Los legisladores norteamericanos quieren conocer donde se encuentran los “puntos ciegos” de la comunidad de inteligencia que habían llevado a conocer por sorpresa la adhesión rusa de Crimea el año pasado y ahora la intervención en Siria.

Según Reuters un alto funcionario del gobierno, que pidió no ser identificado, insistió en que no había “ninguna sorpresa” y que las autoridades estaban “cómodas” con la inteligencia que recibieron en el período previo a la ofensiva rusa.

Obama trata de recuperar la iniciativa

“Las agencias de espionaje habían rastreado cuidadosamente acumulación de material y personal en Siria por parte del presidente Putin”, aseguraba el funcionario. Reconoció, sin embargo, que “los responsables de inteligencia se vieron sorprendidos por la velocidad y agresividad de la ofensiva aérea rusa y los objetivos atacados, que incluían a los rebeldes apoyados por Estados Unidos”, destaca la agencia de prensa.

En este ambiente le es difícil al presidente Obama tomar las decisiones correctas para recuperar la iniciativa ante Rusia, concluía Reuters.

Es evidente que la Administración norteamericana, las agencias de inteligencia, el poder legislativo y los propios militares, como atestigua el general Hodges, se encuentran ante un fuego cruzado en el que unos y otros se culpan. Un escenario que el consumado jugador de ajedrez y exespía Vladimir Putin aprovecha hábilmente.

Los Estados Unidos en estado de shock

El diario de Milán “Il Giornale”, fundado en 1974 por el prestigioso periodista Indro Montanelli y actualmente propiedad de la familia Berlusconi, da un paso más y afirma en un largo artículo que los Estados Unidos se encuentran en estado de shock por la inesperada capacidad militar de los rusos en Siria.

“No solo por sus nuevas armas extremadamente precisas, sino también por su velocidad de movimiento y la desfachatez del Kremlin al desafiar abiertamente a los norteamericanos a que les entregasen la lista de los objetivos terroristas que les gustaría fuesen bombardeados”, explica el periódico italiano.

El diario “Il Giornale” escribe que EEUU y Europa todavía manejan el cliché de la época soviética de un ejército ruso con miles de soldados andrajosos sobre vehículos chatarra “Il Giornale” hace referencia a un artículo de “The New York Times” que comparaba el efecto traumático de la intervención de Putin en Siria con el lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik el 4 de octubre de 1957.

En aquellos años, Estados Unidos no esperaba que los soviéticos tomasen la delantera en la carrera espacial, lo que obligó a un formidable esfuerzo científico y económico para no quedarse atrás, que se vio recompensado con la llegada de astronautas norteamericanos a la luna en 1969.

“Los norteamericanos y también los europeos miraban al Ejército ruso con los viejos clichés soviéticos: miles y miles de soldados con uniformes andrajosos avanzando sobre montones de chatarra mientras disparan. Pero ahora, con la intervención en Siria, estamos ante el primer caso de una Rusia que va más allá de las fronteras del antiguo imperio, lo cual no ha sucedido desde los días de Afganistán”, concluye “Il Giornale”.
Putin trata de implantar la idea de que la OTAN, surgida en la Guerra Fría, carece hoy de sentido Al otro lado del Atlántico, la edición digital del conservador “Washington Examiner” denuncia que Rusia se ha embarcado en una operación a gran escala cuyo objetivo es lograr la disolución de la OTAN, a base de implantar entre los expertos occidentales la idea que esta organización militar surgida en la Guerra Fría carece de sentido en la actualidad.

Así lo denuncia el general retirado James Jones, exconsejero de Seguridad Nacional y exjefe de las fuerzas estadounidenses en Europa. El militar hace un llamamiento para “no quedarnos de brazos cruzados ante el mayor desafío estratégico desde el final de la Guerra Fría”.

“Arco de acero” frente a “cordón sanitario”

En la misma línea se pronuncia el almirante Mark E. Ferguson, jefe de las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa, quien durante un discurso el pasado 6 de octubre en el Cuartel General de Nápoles, afirmó que “Rusia está construyendo un “arco de acero”, una red de bases sobre los flancos, desde el Báltico hasta el mar Negro, para socavar la OTAN”.

Las declaraciones de los máximos responsables militares estadounidenses confluyen en una mezcla de sorpresa por el órdago de Putin en Siria, de temor ante la posibilidad o certeza de que los ejércitos de Estados Unidos y la OTAN hayan sido desbordados tecnológicamente por una nueva generación de armamento ruso, y la denuncias de que Moscú construye un “arco de acero” formado por bases para neutralizar a la OTAN.

El adversario chino

Sin embargo, en esta lucha de intereses encontrados entre los dos bloques, los militares norteamericanos ocultan que la ampliación de la OTAN hacia el Este tuvo desde su inicio la finalidad de crear un “cordón sanitario” alrededor de Rusia para impedir que resurgiese como potencia militar de primer nivel.

De lograrlo, Estados Unidos tendría las manos libres para volcar sus esfuerzos militares en el que, de hecho, será su principal adversario a lo largo del siglo XXI: China, que le disputa el liderazgo de la economía mundial.

“Cordón sanitario” y “arco de acero” entre Estados Unidos y Rusia. “Collar de perlas” y “nueva ruta de la seda”, impulsadas ambas por China para afianzarse como gran potencia mundial. Son piezas del gran tablero de la geopolítica global en el que subyacen colosales intereses económicos, como el control de los recursos naturales (petróleo, gas, minerales y agua dulce) y las rutas comerciales que vertebran el comercio y la vida de 7.000 millones de personas.


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