Javier Arias | Sábado 24 de octubre de 2020
PP y Cs tienen que explicar, a sus votantes y militantes, como es posible que se alineen con Bildu, con los separatistas, con los comunistas… para defender a un gobierno criminal y mentiroso que nos ha conducido a una catástrofe sanitaria, y económica, sin precedentes. Un gobierno empeñado en perpetuarse en el poder, derribando los cimientos de la democracia, la Constitución y controlando todos los espacios y nuestros dineros.
De su enorme error da cuenta la satisfacción de los enemigos de la libertad. Que Pablo Iglesias te felicite es una prueba, incontestable, de que te has equivocado. La extrema izquierda (y ahí está ya el PSOE de Pedro Sánchez) jamás comete el error de la derecha temblorosa. Jamás apoyan a nada, ni a nadie, que no les sirva. Casado y los suyos creen que solo son adversarios, pero son verdaderos enemigos que buscan su eliminación.
Pasará muy poco tiempo antes de que PP y Cs protesten, llorando, sobre el nuevo engaño de Sánchez. Porque les va a engañar. Como ha hecho mil y una veces, incluso con su propio partido. Ciudadanos parece empeñado en integrarse en el PSOE (de donde proceden unos cuantos de sus dirigentes) aunque tenga que ceder en todo y traspasar todas sus líneas rojas, para humillarse ante separatistas y comunistas. Es un partido desaparecido, cada vez más imperceptible, incluso como coartada del “consenso” y la “democracia” de Moncloa.
Pasado el mal trago de la moción para el gobierno, su Presidente aprovechará, esa unanimidad, para intentar liquidar a Vox en una oleada represiva que veremos hasta donde llega. Se habla de la ilegalización, incluso, pero es difícil dejar fuera de la ley al tercer partido del país y sus casi cuatro millones de votos. Si lo consigue, el siguiente será el propio PP porque en las ansias de poder absoluto y permanente de Sánchez (y ese es su principal objetivo) le sobran todos los que no le ayuden o se sometan. El PP ya está en la senda de la sumisión.
Se equivocó Abascal en colocar, gratuitamente, a Casado en la equidistancia con los socialcomunistas. Este PP -que podría seguir dirigiendo Soraya- no está a medio camino. Está plenamente al lado de este gobierno, al que defendieron los populares con su voto. Esa es la realidad, incómoda para Génova y que los medios de comunicación del Gobierno (que son casi todos) aplaudieron. Por ahí no se construye alternativa, solo se consolida a quienes nos malgobiernan.
Se equivocó también Abascal, al dejarse sorprender por el agresivo discurso de Casado y de su voto. Si sus asesores no tenían previstas y estudiadas todas las posibilidades del debate, debe cambiar de asesores. Debe romper cualquier ilusión de que el aparato del PP vaya a abandonar el “consenso progre”. Ni lo desean, ni los magnates que mueven muchos de los hilos (alguno de los cuales menciónó el líder de Vox) lo van a permitir.
Por eso, el partido verde debe abandonar esas ilusiones y remitirse, directamente, a los españoles. Construir partido, haciéndose visible en todas partes, alimentar las propuestas, llegar a los ciudadanos y sus problemas, construir canales de comunicación...serán la garantía de su propia supervivencia y la del país. Es en la calle donde están el desafío y la solución.
Con esta moción, Vox se ha convertido en la única alternativa real, a la coalición gubernamental y de sus socios y garantía de que nuestra democracia podrá sobrevivir.
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