3ª GUERRA MUNDIAL

El oscuro atentado de Ankara trata de forzar un golpe de estado para derrocar al presidente Erdogan

Pedro CANALES | Miércoles 14 de octubre de 2015

El atentado perpetrado en Ankara, que ha dejado un centenar de muertos, tiene como objetivo crear un clima de terror generalizado en toda Turquía que facilite un golpe de Estado para derrocar al presidente Tayib Erdogan. Los militares nacionalistas no le perdonan que haya cedido la soberanía nacional a Estados Unidos y la OTAN.

Tayib Erdogan, líder del Partido de la Justicia y la Prosperidad (AKP), la formación islamista en el poder en Turquia desde hace 14 años, se ha convertido en un obstáculo para el estamento militar y los servicios de seguridad turcos.

En las elecciones que se han venido sucediendo en Turquía desde 2001, el AKP ha pasado de una mayoría absoluta de hasta 363 escaños de los 550 del Parlamento, a una mayoría simple de 258 en los últimos comicios del 7 de junio.

Los militares nacionalistas, contrarios a la política de Erdogan de ceder la soberanía nacional en beneficio de EEUU y la OTAN
La pérdida de apoyo popular y de credibilidad de los islamistas turcos, en parte por los escándalos de corrupción y en gran medida por el arraigo del laicismo en la sociedad turca, ha debilitado su capacidad de cohesión social del país.

Pérdida de apoyo social


La deriva presidencialista de Tayib Erdogan paralela a su pérdida de apoyo social, ha generado un profundo sentimiento de rechazo en las fuerzas armadas, pilar del poder desde hace casi un siglo, y donde persiste el sentimiento de fidelidad a Kemal Ataturk, fundador de la Turquía moderna.

Las purgas efectuadas por Erdogan en una cúpula militar acostumbrada a funcionar con impunidad y los juicios a los promotores del último golpe de estado de los años 80, no han podido silenciar el arraigo nacionalista del ejército.

Los servicios de inteligencia árabes e israelíes barajan dos escenarios posibles acerca de los atentados terroristas que vienen sacudiendo Turquía en los últimos tiempos y sus consecuencias. En ambos escenarios, el principal perdedor sería el presidente Erdogan.

Sustituir a Erdogan


En el primero de ellos Erdogan, a quien se culpabiliza de no haber sido capaz de impedir la mayor masacre cometida en Turquía con un atentado, sería remplazado por un miembro moderado de corte islámico como Fethullah Gülen o el ex presidente Abdullah Gül.

Gülen ha creado un movimiento social llamado por sus seguidores Hizmet (El Servicio) con extensas ramificaciones en el aparato del Estado, en particular en la policía, en los servicios de inteligencia y en la magistratura. Fethullah Gülen reside actualmente en Estados Unidos, donde se encuentra “refugiado” y se le sospecha estrechos vínculos con la CIA y el Departamento de Estado.
La Inteligencia árabe atribuye el atentado a grupos de los servicios de seguridad para crear las condiciones de un golpe de estado
El segundo escenario señala a grupos de los servicios de seguridad como los inductores del atentado, con el mismo objetivo: derrocar a Erdogan. En este caso las consecuencias serían más directas,pues estaríamos en la fase inicial de un nuevo golpe de estado que se añadiría a los ya realizados por las fuerzas armadas en los años 60, 70 y 80 del siglo pasado.

Erdogan ha convocado elecciones generales anticipadas para el próximo 1 de noviembre, tras fracasar las negociaciones para formar un Gobierno de coalición.

El líder del AKP ha sido el presidente turco que ha causado más estragos en el aparato militar del país. No sólo por haber desmantelado la trama golpista, entre juicios, dimisiones y jubilaciones anticipadas, sino sobre todo por haber mermado considerablemente la capacidad de las fuerzas armadas integradas por 630.000 militares.

Plan Erdogan e Irán


El malestar militar provocado por la presidencia de Erdoganno se debe exclusivamente al hecho de haber purgado al ejército de elementos golpistas y corruptos, existe también un descontento por situar a las fuerzas armadas en un segundo plano de la geoestrategia regional.

El llamado “Plan Erdogan” para hacer frente a la guerra en Siria e Iraq, que en realidad se trata del apoyo logístico al Estado Islámico de acuerdo con el Pentágono y la OTAN, deja al ejército turco en una situación delicada ante sus vecinos, en especial Irán.

Las Fuerzas Armadas de Turquía han perdido protagonismo y capacidad de acción. Esta situación ha dañado el patriotismo turco, que ha sido el cemento que ha permitido la recuperación de la Nación tras el descalabro del Imperio Otomano, según fuentes de inteligencia árabes.

“Zona tapón” controlada por la OTAN


Erdogan ha propuesto a los aliados occidentales crear una “zona tapón” entre Turquía, Siria e Iraq bajo el control de los Ejércitos de la OTAN. Planteamiento geoestratégico que enfurece a los militares turcos.

Toda la zona fronteriza se encuentra bajo el dominio de bases de Estados Unidos. La inteligencia militar turca está persuadida de que, en realidad, el “Plan Erdogan” ha sido diseñado por el Pentágono. Turquía se ha convertido en territorio avanzado de la OTAN para Oriente Medio con más de 20 bases militares

De hecho, el país pierde poco a poco su identidad nacional para convertirse en territorio avanzado de la OTAN para operar en Oriente Próximo. La Alianza Atlántica posee más de 20 bases militares en Turquía, tanto aéreas como navales. Dispone además de instalaciones dedicadas al espionaje electrónico, y desde 2013 ha reforzado su potencial con 6 baterías de misiles Patriot.

La totalidad de estas bases, sobre las que Turquía no ejerce soberanía, están dirigidas por generales norteamericanos y de los países miembros de la OTAN.

Cuartel general en Esmirna


A ello se añade que la Alianza Atlántica posee en Esmirna uno de sus cuarteles generales terrestres más importantes, el Landcom. El hecho de que este centro de mando y control estratégico haya sido desplazado de Europa a Turquía, permite sospechar a la inteligencia militar turca que los planes de Washington y la OTAN contemplan proyectar tropas en los escenarios bélicos de Oriente Próximo y Asia Central sin contar con Turquía.

El Landcom está al mando del general norteamericano Frederick Benjamin (Ben) Hodges, y forma parte de la Fuerza Conjunta Aliada (JFC, por sus siglas en inglés), cuyo cuartel general se encuentra en Lago Patria (Nápoles) a las órdenes del almirante Mark E. Ferguson.

En cuanto a la autoría concreta de los atentados, atribuida a una célula del Estado Islámico, resulta muy conveniente para suscitar la resurrección del patriotismo turco ante una “amenaza exterior” y la pérdida paulatina de soberanía nacional.

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