Un español en Alemania (56)
Jose Mateos Mariscal | Miércoles 07 de octubre de 2020
Estar lejos de mi España ha sido una experiencia muy enriquecedora, pues, he podido contrastar realidades, entender y conocer contextos antes ajenos, comparar situaciones y sentirme doblemente capaz y comprometido con el entorno y las personas que me rodean.
Mi vida como emigrante me ha permitido experimentar múltiples situaciones, situaciones que posiblemente no hubiese podido vivir si no hubiese salido de España. Estas situaciones me han ayudado a entenderme más a mí mismo y ser más precavido o prudente respecto a lo que digo y hago. Lo anterior ha generado en mí un imperativo que es el de darme la tarea de entender y respetar al otro pese a sus diferencias, color o religión. Creo que al igual que yo, muchos de los españoles que salieron del país también han tomado este imperativo para sí mismos. Por esta razón, me gusta y procuro ser optimista.
Así, pienso que esta dura situación del coronavirus por la que estamos pasando los españoles ha sido y será de gran aprendizaje para todos en múltiples sentidos.
Busco reflejar cómo los emigrantes de alguna manera nos traemos parte de España con nosotros y de alguna manera comenzamos a proyectar a en Alemania una España. La historia española cuenta, basándose en cartas de las personas que emigraban y los que se quedaban en España, la incertidumbre y las ganas de vivir de los emigrantes españoles, así como el desarraigo sufrido al desprenderse de sus vidas. El viernes pasado, recibí una carta de un compañero una de las muchos con el que he convivido estos últimos meses en Wuppertal.
Él salió de España hace 3 años buscando su sueño en Alemania y ocho meses después de llegar aquí lo consiguió. Pero el pasado viernes se desahogó enviándome una carta desde nuestra comunidad, Castilla y León, en concreto desde su ciudad natal Zamora, donde está compartiendo con su familia estos días. Me causó sensación y tristeza, pero a la vez ganas de cambiar este momento en el que nos ha tocado vivir con el coronavirus. Con su permiso, la comparto con todos vosotros porque confío en el dicho de que la unión hace la fuerza. Mi respuesta fue: Eliseo, contagiemos sonrisas.
_Jose, hoy me he dado cuenta de que esto parece Sarajevo en época de guerra. Veo a la gente envejecida, amargada, solo hablando de penurias y desgracias por el coronavirus. Es la primera vez que vengo a España y veo ese espíritu de crisis. Tengo la sensación de que a fuerza de repetírselo, de escucharlo en voces de otros, de verlo en la TV. Al final se lo han creído, lo viven, lo puedo palpar.
Me da pena esto. Veo todo más viejo, pero no más antiguo. Desgastados. Apagados. Con los mismos temas de conversación. Y me pregunto si esto sucede en Alemania y tal vez soy yo quien no lo percibe.
Se supone que en la gente tendría que estar más alegre, y envidio el humor de los Alemanes, no como aquí. No sé si en Castilla La Mancha, Valencia, Extremadura, Asturias, Madrid, Andalucía, Murcia, pasa, pero en Castilla y León está esto ‘¡chof!’.
El salir de Alemania me ha afectado.
Anyway, me voy a cenar y espero despertarme con mas optimismo.
Eliseo_
Una de cada tres personas en riesgo de pobreza tras la crisis económica causada por la COVID-19 será migrante, ya que el porcentaje de desempleo para el colectivo superará en diez puntos al del resto de la población en 2020, según un informe de la ONG Oxfam Intermón.
Además, la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) también destacó que uno de cada cuatro habitantes de España, el 25,3%, estaba en 2019 en riesgo de pobreza, cifra que se agravó en el caso de los menores de 16 años, ya que afecta al 30,1% de ellos.
La encuesta, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), denunció que la tasa AROPE (población en riesgo de pobreza o exclusión social), aumentó 1,3 puntos en los menores de 16 años.
Por su parte, el documento de Oxfam, titulado “Que lo esencial no sea invisible” y publicado, demanda, entre otras medidas sociales, garantías de acceso al trabajo digno y al Ingreso Mínimo Vital (IMV), en vigor en España desde el pasado 1 de junio, para las personas migrantes en el país.
Con todo lo que está cayendo, nunca se sabe quién va a ser el siguiente en sufrir las consecuencias, así que sed amables los unos con los otros, tened compasión y vivid aceptándoos a vosotros mismos y a los demás.
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