Nicolás Poveda | Lunes 05 de octubre de 2020
Perdonen que tenga que volver sobre un tema, el del estado democrático y, la división de poderes, sistema político que como sabemos nació del pensamiento de Montesquieu, y se articula el los tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, de los que ya hemos hablado en ocasiones anteriores, como columnas básicas del estado de derecho, por lo que no vamos a entrar en el detalle como el que hicimos en ocasión anterior, sobre su origen y su contenido o funciones.
Pero del mismo modo que a los burros hay que enseñarles, repitiendo una y otra vez lo que son y el por qué de las cosas para que las oigan, aunque no las comprendan ni las entiendan, y si es posible modifiquen su actitud, ahora nos encontramos una vez más con el ínclito monclovita Pedro Sánchez, que pretende acallar a todo aquel que le molesta con su critica o con su simple oposición.
Él pertenece al ejecutivo, que como en su día dijimos deriva del legislativo que elegimos los ciudadanos, pero eso a él no le importa. Lo que pretende es que tal legislativo esté a su orden y dictado, así, lejos de proponer normas con forma de Ley, elude tal sistema, ya que ello contempla una posible fiscalización del legislativo e incluso un debate en las Cortes Generales, en el que podrían ponerle la cara colorada.
Así paso recientemente, e incluso se tuvo que guardar su proyecto de decreto ley en el baúl de los recuerdos. El elije la forma del Decreto Ley en vez de la de la Ley, porque así evita el debate en cortes, que sólo será a los meros efectos de su convalidación, sin estudios previos, ponencias, ni ninguna otra controversia e incluso propuesta alternativa, además de que desde que se publica en el BOE es ejecutivo y la Ley no. Así dicta y ya vale.
Pero, como también decíamos en nota anterior, pretende someter a su criterio a la Justicia. Algunos se rasgaban las vestiduras cuando dije eso, pero el tiempo da la razón a quien la tiene, y pone a cada uno en su lugar.
Así ha consentido la salida del galápago y su banda de que el Rey, máxima Autoridad del Estado, no acuda a la entrega de despachos a los nuevos jueces que se integran en el Poder Judicial. Bueno sobre esto ya le han dicho bastante, y aun cuando a él le resbala, los ciudadanos van conociendo la calidad del personaje.
Ahora no se le ha ocurrido mas que cambiar la Ley Orgánica del Poder Judicial que regula este poder del Estado, habiéndonos enterado por alguna noticia que lo lleva preparando desde hace meses con el Ministro de Justicia. Y conociendo a esta persona y su calidad jurídica me extraña, me parece mas bien un conglomerado de monclovitas y galápagos que otra cosa. Y esto lo digo porque tal pretensión del Sánchez, no es más que una aberración jurídica.
La Ley que regula el Poder Judicial es de categoría orgánica, lo que significa un grado mayor de protección que el de las Leyes normales, y esto se comprende cuando el Tribunal Constitucional ha ratificado la necesidad legalmente establecida de que para la modificación de una Ley Orgánica es precisa una mayoría de tres quintos, no una mayoría simple, como si fuera una comunidad de propietarios, mayoría de tres quintos, que ni por asomo en su más negra ensoñación puede conseguir, con lo que resulta que aquello que haga carece de valor y efectividad. Esto lo sabe el Ministro de Justicia y por eso no creo que participe en tal barbaridad. No se trata mas que un sueño malo de un mal presidente sin recursos ni saber que hacer, como dijo ayer Don Felipe González.
Como les decía en mi anterior nota se trata de un hecho muy grave, ya que se trata de acabar con el equilibrio de poderes, ya que esto se hace sólo para evitar al PP según dice, y vulnera de forma expresa y clara la normativa legal aplicable.
En definitiva, como venimos diciendo, sólo pretende que se haga lo que él dice, que actuemos a su dictado, hurtando el control legislativo y sin control judicial, para hacer lo que le viene en gana, lo que ratifica la gravedad a la que hacía mención en mi anterior nota.
Cuando un gobernante pretende imponer sus dictados, a su gobierno se le denomina en Derecho Político DICTADURA, que es lo que pretende este ciudadano, a pesar de que haga cosas contra otro dictador anterior, para tapar sus propias vergüenzas, pero ya le hemos calado muchos españoles y muchos más le calarán, como a los melones, en su momento.
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