Miércoles 23 de septiembre de 2020
A juicio de Izquierda Unida, la propuesta del Ejecutivo europeo "elimina la idea de solidaridad europea convirtiéndola en solidaridad a la carta". No obligará, por tanto, a los Estados a aceptar cupos de personas migrantes y refugiadas, sino que propone que "el que no quiera acoger se haga cargo de las expulsiones". Los procesos para decidir una petición de asilo se reducen en frontera a cinco días, "poniendo en riesgo los compromisos internacionales de la UE en esta materia".
La portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo, Sira Rego, rechaza el nuevo Pacto de Migración y Asilo presentado este miércoles por la Comisión Europea porque “elimina de facto el concepto de solidaridad europea, introduciendo una solidaridad a la carta en la que los países gobernados por la extrema derecha podrán no acoger a las personas migrantes y refugiadas a cambio de hacerse cargo de las deportaciones”. Cada Estado miembro podrá escoger ahora entre acoger, deportar o financiar las deportaciones, continuando la tendencia de convertir la UE en una “agencia de deportaciones masiva”.
Para Rego es curioso cómo la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, el vicepresidente Margaritis Schinas o la comisaria de Migraciones, Ylva Johansson, han tratado de “dulcificar” el nuevo Pacto Migratorio en los últimos días apelando a la humanidad de las políticas migratorias y ensalzando la “dignidad” de las personas migrantes y refugiadas para “al final, ofrecernos una versión de las políticas migratorias más restrictivas que las actuales, con un claro guiño a los países de Visegrado”.
De hecho, “la Comisión ha reconocido por activa y por pasiva que el sistema actual no funciona, pero insiste en las deportaciones, la externalización de fronteras y en dejar todo en manos de una Agencia de Guardias de Fronteras y Costas sin ningún tipo de control efectivo por parte de los Estados”. Además, “no deja de ser llamativo que reconozcan tan abiertamente que hasta ahora no están cumpliendo con sus obligaciones internacionales con las personas demandantes de asilo”, lo que en la práctica “significa que la UE está vulnerando la Convención de Ginebra en sus fronteras a diario”.
La presentación ha sido “un clásico en la Comisión Europea que dirige Von der Leyen”, añade Rego, refiriéndose al hecho de que “las palabras, los marcos referenciales y los eslóganes pesan más que la realidad sobre el papel”. Por eso critica que, por ejemplo, se hable de nuevos protocolos para actuar en situaciones de crisis, presión migratoria extraordinaria y rescate, “cuando la UE ya tiene instrumentos para hacer frente a eso” como la Directiva de Protección Temporal, que prevé la reubicación en casos de afluencia masiva. “Se aprobó en 2001 y nunca se ha aplicado. Esta es la Directiva que se debería haber activado en el caso reciente de Moria, pero la Comisión hoy nos dice que el primer experimento de estas políticas de deportación empezará con las 13.000 personas que el Gobierno griego ha trasladado al nuevo campo”, apunta.
La externalización de fronteras “seguirá siendo el principal instrumento de la UE para que las personas migrantes y refugiadas no lleguen” a Europa. Y cuando ese sistema falle, como sucede ahora, “se seguirá reforzando la cooperación con países de origen y tránsito, y destinando importantes sumas de dinero a desarrollar sistemas con estos países para favorecer las deportaciones”. Por otro lado, está el “juego perverso” que aplica la UE a los fondos de cooperación, que desde hace años condiciona a que los países empobrecidos que los solicitan acepten a las personas deportadas de la UE. Por si fuera poco, “la propuesta de la Comisión no excluye deportar a las personas migrantes a países por los que hayan transitado, aunque no tengan ningún vínculo con ellos”.
Uno de los puntos más preocupantes de la presentación de este miércoles es la que se refiere a la manera de tratar a las personas migrantes y refugiadas en las fronteras. La Comisión promete un dispositivo acelerado y simplificado para resolver las solicitudes de asilo en cinco días, lo que desde el punto de vista de Rego, “elimina garantías a los demandantes como la asistencia jurídica o el recurso”. Asimismo “mantiene la posibilidad de deportar directamente desde las fronteras e incide en la criminalización de las personas que migran dividiéndolas entre migrantes ilegales y demandantes de asilo”. “No hay garantías de que cada caso se estudie de forma minuciosa y de que se respeten los derechos de aquellas personas que a priori entran dentro del calificativo de ‘migrantes económicos’. Para esas personas, la Convención de Ginebra seguirá suspendida”, denuncia.
Otro de los puntos más oscuros de la propuesta a juicio de Rego es la transición que pretende la Comisión para que la Guardia de Costas y Fronteras gestione las deportaciones, el nombramiento de un Coordinador de las deportaciones, cómo se ha elegido ese perfil y la falta general de control público en todo lo que tiene que ver con Frontex.
“La Comisión Europea pervierte el sentido de las vías legales y seguras, reduciéndolo a un control en la frontera”, lamenta Rego, a la vez que subraya que no haya “ni una propuesta concreta sobre las operaciones de rescate en el mar”. “Es necesario la creación de una agencia europea pública y civil de salvamento marítimo, como hemos reclamado en numerosas ocasiones”, explica.
La propuesta de la Comisión no es definitiva y debe pasar a la evaluación del Parlamento Europeo y del Consejo. En la Eurocámara, “tendrá nuestra oposición”, ha dicho Rego, quien espera que “el Gobierno de España reclame en el marco del Consejo una política migratoria realmente humana y solidaria que, como dice Von der Leyen, respete la dignidad de las personas migrantes”.
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