Así lo atestiguó la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, en un encuentro informativo en el que explicó la propuesta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo a las comunidades autónomas para poner a su disposición hasta 2.000 rastreadores del virus.
Valcarce estuvo acompañada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, por la directora del Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa, teniente coronel María del Carmen Aríñez Fernández, y por dos enfermeros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que ya han trabajado como rastreadores en el ámbito militar: el capitán Rey y el teniente Vidal.
La subsecretaria de Defensa explicó que hoy se remitirá a las distintas comunidades autónomas los protocolos en los que se establece el procedimiento a seguir para que aquellas que tengan dificultades en el rastreo de los contagios puedan recurrir a los rastreadores militares.
Las consejerías de Sanidad de las comunidades que quieran echar mano de estos rastreadores deberán remitir al Ministerio de Sanidad una solicitud motivada por escrito cuyos fundamentos serán valorados por el Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes) para su posterior traslado a Defensa.
A su vez, afirmó que las Fuerzas Armadas tienen capacidad de despliegue en toda España, por lo que los rastreadores se podrán incorporar a su cometido “en cualquier momento del proceso” -bien cuando la comunidad sospecha de la existencia de un brote, bien cuando éste ya ha hecho acto de presencia- para desempeñarlo “el tiempo que sea necesario e imprescindible”.
También apuntó que Defensa tiene la capacidad suficiente para rastrear los contagios que puedan aparecer en el seno de las Fuerzas Armadas y para poner a disposición de las comunidades autónomas 2.000 rastreadores, cuyo coste económico lo sufragará el departamento dirigido por Robles.
A su vez, señaló que el interés de Defensa es que los rastreadores trabajen los más pegado al terreno que sea posible para generar confianza entre la ciudadanía, por lo que previsiblemente éstos pertenecerán a las unidades que estén más próximas a la comunidad autónoma que solicite sus servicios.
Tras confirmar que algunas comunidades autónomas han mostrado “enorme interés” en los rastreadores, aclaró que Defensa ofrece su servicio reservándose la capacidad de decidir, a partir de la petición formulada por ellas y en coordinación con el Ccaes, el número de estos efectivos que realizarán las labores de rastreo en cada una de ellas.
La subsecretaria de Defensa dijo que será Sanidad el que decida si el personal militar trabajará en el futuro en la formación de rastreadores civiles en función de la evolución de la pandemia.
Por su parte, Valcarce expuso que este sistema de rastreo, del que forman parte Sanidad Militar y la UME, está amparado jurídicamente por la normativa española de salud pública, especialmente por el real decreto que establece las medidas que regirán en la nueva normalidad.
Detalló que Defensa ha puesto en marcha un sistema de rastreo para la detección precoz y vigilancia epidemiológica a partir del cual capacitó como rastreadores a personal militar. En ese sistema se encuentran las unidades de vigilancia epidemiológica, entes donde se integran los rastreadores, los Centros de Control y Seguimiento y el Centro de Control y Seguimiento de la Defensa.
Los rastreadores pertenecen fundamentalmente al ámbito sanitario militar (médicos, enfermeros, farmacéuticos y psicólogos) con experiencias en situaciones análogas de pandemias a quienes se ha ido formando desde el pasado mes junio en un curso virtual dividido en cinco módulos.
En este curso los rastreadores han aprendido aspectos básicos de la enfermedad para poder efectuar un seguimiento eficaz de los contactos, obtener la información necesaria para discriminar los posibles casos, calcular el tiempo de cuarentena en función de los datos obtenidos y dar apoyo a las personas afectadas.
También profundizaron en el conocimiento del virus y la enfermedad, cuadros clínicos, períodos de incubación e infectivo, factores de riesgo, mecanismos de trasmisión, medidas de prevención, procedimiento para el rastreo de contactos y principios de actuación entre otros aspectos, todo ello teniendo en cuenta los aspectos relacionados con la protección de datos y principios de la comunicación para conseguir un intercambio de información eficaz.
Valcarce dejó claro que “no todos los militares pueden ser rastreadores”, lo que le sirvió para incidir en la importancia del proceso de selección, “porque significa elegir al personal más apropiado y cualificado para esta tarea”.
Por otro lado, la directora del Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa concretó que Defensa tiene desde hace tiempo presencia en el Ccaes, por lo que no cree que vaya a haber problemas en la coordinación con Sanidad.
Por último, los dos rastreadores de la UME mostraron su satisfacción con el servicio que van a prestar a la sociedad y pusieron de manifiesto la complejidad que representa actuar en aquellos casos en los que se decide el aislamiento. En éstos, el protocolo incluye soluciones para enfermos que convivan con personas con otras patologías, para residentes en viviendas pequeñas o en otros supuestos para los que no sea posible el aislamiento.