Parece que Pablo Iglesias, el vicepresidente del Gobierno y también líder de Unidas Podemos, ha encontrado la horma de su zapato. El juez Manuel García-Castellón está ultimando su imputación en el 'caso Dina' y, por ello, se está preparando para defenderse en los tribunales en el que promete ser el juicio más mediático de los últimos tiempos, y eso que no son pocos los que se han sucedido en los últimos años...
La tarjeta del móvil de la exasesora del vicepresidente del Gobierno, Dina Bousselham, sigue trayendo cola. No hace tanto, el falso adalid del 15-M exigía que todos aquellos que fuesen imputados tendrían que renunciar a su cargo público.
Pese a que ha hecho oídos sordos en no pocas ocasiones en los últimos años, puede ser una situación a la que se tenga que enfrentar él mismo a corto plazo. Y es que el magistrado que lleva el ya conocido como 'caso Dina' ha estrechado tanto el cerco sobre el colega de Pedro Sánchez que solo un milagro podría salvarse de sentarse en el banquillo de los acusados.
Al parecer, a Pablo Iglesias no le quedaría otra que desviar el foco mediático hacia su obsesión más conocida: las 'cloacas' del Estado. La formación morada insiste a su líder en que confiese la destrucción de la tarjeta para acabar inculpando a una supuesta trama encabezada por el excomisario José Manuel Villarejo, con el único propósito de salvaguardar la intimidad de su protegida y, por ende, su trayectoria personal.
Pero esto ya lo habría previsto el propio Iglesias, que modificó en su día el código ético de su partido donde se exigía la renuncia de cualquier cargo público que fuera 'imputado', ya que ahora se denomina 'investigado', guardándose así las espaldas para lo que está por venir.
Podemos, a sabiendas de lo mucho que les deben las formaciones nacionalistas, cada vez con más poder dentro y fuera de sus territorios, empujó hace unos días a ERC, EH Bildu, PNV, Junts per Catalunya, BNG, Compromís, Más País y la CUP a firmar una petición para exigir la creación de una comisión que investigue estas polémicas 'cloacas' del Estado. Con esto, el líder de la formación morada ganará tiempo y difuminará, o eso cree, esa hemeroteca que tan poco le gusta recordar. Aunque para algo estamos nosotros...