La investigación se inició en la provincia de Alicante, a mediados del mes de abril de 2020, en pleno estado de alarma, al tener conocimiento de la posible existencia en la provincia de una compleja organización criminal, que estaría dedicada al tráfico de drogas.
Las primeras pesquisas se centraron en las comarcas alicantinas de la Marina Alta y Baja, donde residirían algunos de los investigados iniciales, si bien, no se tardaría en descubrir las conexiones existentes de estas personas con otros individuos, asentados en la Costa del Sol e, incluso, en otros países, como son Marruecos y Francia.
Ya en los primeros momentos de la investigación, se pudo conocer que, dentro de la organización, existían dos ramas bien diferenciadas; una de ellas, la asentada en la Costa del Sol, en las localidades de Estepona y Benahavís (donde residían los principales cabecillas), se encargaba de la adquisición directa de la droga en Marruecos. Estaba compuesta por individuos altamente peligrosos (hecho que dificultó considerablemente la investigación), de nacionalidades marroquí, francesa e india.
Tal y como se pudo comprobar en los dos registros domiciliarios practicados posteriormente en la Costa del Sol, esta parte de la organización disponía de armas semiautomáticas. Además, también se ha podido constatar que los principales cabecillas tenían numerosos contactos con sicarios y con todo tipo de delincuentes, con amplios historiales delictivos.
La segunda rama estaba asentada en la provincia de Alicante, concretamente en las localidades de Gata de Gorgos, Teulada, Moraira y Calpe. Estaba compuesta por individuos de nacionalidad marroquí y española y sus cometidos eran el almacenamiento del hachís que recibían de la rama malagueña y su posterior transporte hasta su destino final en Francia.
Gracias a la investigación, se ha podido saber que estos miembros iniciaron contactos para la compra de lanchas rápidas, del tipo utilizado para el narcotráfico, valoradas en más de 200.000 euros.
Además del transporte internacional de la droga también se dedicaban al menudeo de hachís, entre otras sustancias, siendo desarticulados tres puntos de venta de droga en Gata de Gorgos, Teulada y Calpe. En este último caso, el punto de venta se trataba de una peluquería, regentada por uno de los detenidos, establecimiento público que aprovechaba para tener un amplio abanico de clientes.
En el transcurso de la investigación, los agentes pudieron comprobar la tensión existente entre ambas ramas. Los cabecillas, asentados en Málaga, sospecharon que la rama alicantina les podía haber hecho un "vuelco" de droga, esto es, haberse quedado ellos con el hachís, por lo no dudaron en secuestrar a uno de los miembros asentados en la comarca de la Marina y le tuvieron retenido más de una veintena de días, como garantía de pago de la droga, supuestamente desaparecida durante uno de los transportes.
Finalmente fue puesto en libertad, después de que algunos miembros de la rama malagueña se desplazaran hasta la localidad de Calpe (Alicante), en pleno estado de alarma (con sus correspondientes medidas de restricción de movilidad en vigor, existentes entonces) y se llevaran retenido a otro segundo miembro de la parte alicantina para que éste les facilitase pruebas fehacientes del lugar en el que efectivamente se encontraba la droga y, además, le exigieron que les pagase más de 300.000 euros.
El pasado día 2 de junio se llevó a cabo la explotación de la operación, realizando un total de 10 (8 en la provincia alicantina y 2 en la malagueña), todos ellos de manera simultánea, para lo cual participaron más de 80 agentes.
La operación se ha saldado con la intervención de más de 400 kg. de hachís, diversas armas de fuego semiautomáticas con munición, más de 220.000 euros en efectivo y 6 vehículos de alta gama. Hasta el momento, han sido detenidos 18 miembros de la organización, de los cuáles 12 ya han ingresado en prisión a la espera de juicio.
La investigación ha sido llevada bajo la instrucción del Juzgado número 1 de los de Denia (Alicante).