El Gobierno ha decidido adelantar el proceso de cierre de las centrales térmicas, cuyo funcionamiento se debe al carbón. Tras el cierre de las minas de carbón, Sánchez continúa con su agenda climática a pesar de que ello pueda implicar el paro y la precariedad de los españoles.
Este martes nuestro país cerrará 7 de las 15 centrales térmicas que quedan mientras, de manera paralela y según se ha publicado en diversos medios de comunicación, incrementa hasta una cantidad cercana a los 53 millones de euros, la importación de energía de las centrales térmicas de Marruecos.
Jorge Buxadé, jefe de la delegación europea de VOX, ha sido el primero en denunciar la hipocresía del movimiento del Gobierno ya que, por un lado, precariza y arruina a alrededor de 2.400 españoles en un contexto tan grave como el de la crisis económica provocada por el impacto de la epidemia de coronavirus mientras, por el otro, acude al mercado internacional a pagar un precio mayor que el coste que, en la actualidad, tiene producir energía de ese tipo en nuestro país por sus obsesiones ideológicas.
El ejecutivo, además, tiene en el punto de mira el cierre de otras cuatro centrales cuyo impacto se dejará sentir en las arcas de todos los ayuntamientos en las que éstas se sitúan pues, en muchas ocasiones, son la fuente principal de ingresos y actividad económica en torno a la cual orbitan estos pueblos.