A nosotros nos preocupa nuestro conflicto actual. Y queremos defender la cultura “Occidental”. Por eso nos interesa mucho analizar su dimensión, extensión, hasta cuándo, o porqué estamos en él. Ante quién o contra quién. Y, sobre todo, cuál puede ser el posible resultado que barruntamos.
Un tema ha de quedar absolutamente claro y sin la más mínima duda: “El llamado Occidente, la cultura del Racionalismo Europeo, nacida en las ciudades Helenas de la actual Turquía y en Atenas, desarrollada y expandida por Roma, perfeccionada por la Europa Renacentista, Ilustrada y Racionalista, ya ha triunfado sin ningún género de sombra sobre toda la faz del planeta Tierra”. Porque otras grandes culturas como la China, la Japonesa o cualquier otra ya usan, aceptan y enseñan a sus vástagos los principios del Conocimiento objetivo, de la Ciencia. De la técnica que lleve a mejores transportes, armas, conservación de alimentos o la propia ciencia de la Medicina. Los criterios utilizados, hasta el lenguaje emitido, son todos de nacimiento Griego o Romano. Todos, absolutamente todos usan laboratorios y universidades basadas en Euclides, Arquímedes, Aristóteles, Lavoisier o Newton. Por no hablar de Einstein.
Por ello lo que se va a dilucidar tras este conflicto es quién de los distintos grupos de la Especie Humana van a ganar para seguir pensando igual y aplicando los mismos esquemas: “Que solo el mejor conocimiento de la naturaleza de la que formamos parte y de nosotros mismos, como la especie más inteligente por ella producida, nos dará las mejores armas para enfrentarnos al futuro”.
Los contendientes ya están definidos:
Uno.- La llamada vieja Europa, más o menos unida o desunida. Ya veremos cuando se intensifique la confrontación donde se produce la línea de fractura. Quién está a favor y quién con el enemigo. Que, aunque en total decadencia, es la madre de todo el conocimiento, así como creadora de todo América y partes de África, de toda Australia y Nueva Zelanda, las cuales lucharán con nosotros. Hoy no está claro en absoluto que hará USA. Si defenderá sus raíces Helenas o cristianas, y estará con nosotros. O defenderá el viejo nacionalismo a ultranza. En ese caso puede hasta ser enemiga.
El segundo.- Aparentemente todo el llamado Islam. Que aunque sin estados y fronteras definidas o cambiantes, lo que sí les une a todos sin duda alguna es el seguimiento de su gran líder, Mahoma. Los dogmas recibidos, y aprendidos durante 1.500 años les convierte en seguidores de la misma identidad de pensamiento. Todo islamista moderado o radical que no luche con ellos, en el fondo, se sentirá un traidor a sus esencias. Digo aparente, porque no se sabe de momento quién les instrumentaliza para usarlos de punta de lanza, porque los verdaderos oponentes solo pueden ser dos:
El Tercero.- China. Con todo lo que significa no solo de estado, sino de raza, tradiciones, emigrantes en el mundo entero, y los posibles aliados que puedan surgir cuando el conflicto se desate. Puede que muchos de ellos no lo sepan hoy día. Cuantas veces en la Historia unos grupos iniciaron el conflicto en un bando y en meses estaban luchando al lado del anterior enemigo.
Y el Cuarto.- Que es la gran incógnita por sus muchas tradiciones y contradicciones internas. Cristianos hasta la médula. Seguidores e investigadores de la Ciencia como ningún otro, y en el fondo siempre a la contra, y desde luego, con un ansia nunca oculta de triunfar y preponderar. Hablo de la gran Rusia y todos los pueblos Eslavos que se le unan. Ellos están aún más dispersos y confusos que nosotros. No saben si lucharán por el mundo Ortodoxo al que querrán liderar, por la defensa étnica de los pueblos eslavos como alegaron varias veces a lo largo de la historia, o por el puro nacionalismo Ruso. Si lo harán queriendo mezclar viejos conceptos de liberación de los pueblos como en la etapa Soviética, o querrán defender la lucha contra el “Inventado” viejo Colonialismo Europeo para intentar destruir y después dominar la Europa Occidental.
Es posible que si inicialmente se unen a USA, y ambas defienden el simple nacionalismo, quieran repartirse Europa para someterla por completo exactamente igual que hicieron Ribbentrop-Mólotov con Polonia en 1.939. Si juegan la baza de hacer “Grande a América” puede que una parte de la opinión pública seguidora de Trump quiera entrar en este concepto para repartirse Europa.
La teoría General de los conflictos nos enseña que casi nunca las líneas de confrontación están claras. Un ejemplo pueden ser las luchas sindicales, enfrentados a la patronal unos sindicatos serán más duros que otros. Unos querrán al mismo tiempo involucrar al gobierno de turno y otro, si pertenece a la línea ideológica del partido en el poder, como la UGT en España, querrá defender las tesis del gobierno a la vez que se enfrenta a los empresarios. Nada es puro. Todo es un juego de objetivos en función a los intereses tanto de las organizaciones como de los individuos y élites que las dirigen.
En este conflicto que ya está en marcha nada será tan claro como cuando al final los vencedores y vencidos se reconozcan. Pero en medio quedarán muchos que perdieron algo y ganaron otra parte. Con saldo negativo o positivo. Nuca será igual ni al principio, ni en el momento álgido, ni menos aún al final. Porque ya se encargarán los historiadores, intelectuales y portavoces pagados, de modificar los conceptos, planteamientos y objetivos pasados. Los españoles solemos ser los mejores de esos. Tenemos a aquel famoso político que dejó dicho para la historia, “Mira, pensábamos que íbamos a ganar los de izquierdas, y ya ves tú, hemos ganado los de derechas”.
Pero el gran conflicto ya está servido y debemos identificar cuanto antes a los que… Simplemente… Quieren destruirnos para siempre.
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, y de reciente aparición “El Sistema”, de editorial Elisa.