Altaveu ha desvelado que Luis Alberto Romero García envió una carta a Georgina Pérez Álvarez, jefa del departamento de Información y Comunicación del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) cubano para rechazar la decisión de su hijo.
Cabe recordar que, a comienzos de semana, abandonó el grupo de sanitarios junto a una enfermera y ahora se encontraría en España haciendo trámites de asilo político.
"Lamento profundamente lo sucedido con mi hijo. No tengo palabras para expresar la vergüenza tan grande que he sentido en enterarme de tan difícil noticia, de su abandono de la misión médica, de su TRAICIÓN. No tengo otra palabra con la que calificar este hecho", habría afirmado rotundo Romero García.
"No sé cuáles habrán sido las circunstancias, ni qué le hizo protagonizar este vergonzoso caso. Nunca recibió este ejemplo de nuestra parte y no sabe cuánta pena y cuanto dolor siento", continúa. "Yo me sentía orgulloso de sus logros, que ha estado recibiendo desde hace mucho tiempo, muy bien mirado por sus jefes por su abnegación y espíritu de sacrificio y ostentaba toda una serie de reconocimientos y medallas por su labor".
Por otro lado, habría confirmado que la esposa de Dariel Romero "no sabe nada de él. Nadie sabe nada. No sé si ya sabrá que él es un capitán de las FAR y incluso un secretario de un núcleo del PCC en su hospital Finlay".
El jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot, señaló a RTVA que lo ocurrido "es una anécdota", y que en cualquier caso "no debe suponer ningún conflicto diplomático con el Gobierno (cubano)".
Por otro lado, medios locales cubanos aseguran que los médicos que deciden abandonar estas misiones son severamente castigados: se les impide viajar a la Isla durante los próximos ocho años y el dinero que se les paga en moneda nacional tras su regreso es intervenido por el régimen.