Ya son muchas las personas formadas que expresan públicamente -hace unos días el papa Francisco en una entrevista- que “la III Guerra mundial” ya está en marcha. Quiero estudiar este conflicto para entenderlo y, si puedo, explicarlo racionalmente. De forma comprensible para la gran mayoría de los lectores.
Como dicho análisis no puede ser extensivo, me propongo intentar resolver las siguientes preguntas: ¿Se puede analizar este conflicto intelectualmente, con conocimientos de la Psicología, la Sociología, la Política y el Derecho, y proporcionar una respuesta científica? O por el contrario, seguiremos con los criterios Míticos y Crípticos del pasado.
Y segunda y quizá más importante, ¿Qué nos une y estructura a los occidentales como grupo unido, que a su vez será lo que opondremos a nuestros enemigos, nuestros dogmas Judeo-Cristianos, o los conocimientos proporcionados por el Helenismo?. Para dar respuesta a estas y otras relacionadas me parece imprescindible comenzar estudiando los conflictos humanos.
Ya sabemos que es constante en la historia de la Especie Humana su permanente acumulación de conocimientos acerca del entorno en el que se desenvolvían, y que estos le permitieran resolver los conflictos del momento, tales como el hambre, el frio o calor, o su seguridad. Más tarde necesitó y acumuló conocimientos respecto a la reproducción, o a triunfar sobre sus oponentes. Producto de esa búsqueda y almacenaje de conocimientos surgió el método científico y los distintos soportes que mantienen y transportan el saber. Para obtener conocimiento del funcionamiento de los individuos y los grupos sociales organizados en los que están insertos lo hacemos con una nueva disciplina, la denominamos, Teoría General de los Conflictos.
Esta nos enseña muchas cosas, algunas fundamentales:
Primera.- Somos una energía en constante expansión. Provocada por esa explosión inicial (¿el Big Bang?) todos los componentes físicos tienden a ocupar los espacios circundantes y a crecer de tamaño con distintas uniones en función a la presión recibida y soportada. De ella surgieron los átomos por la agrupación de las partículas sub-atómicas. Las distintas combinaciones de estos dieron lugar a todos los elementos de la tabla periódica. Las interacciones de elementos químicos han construido las proteínas y ácidos, estos forman las células. De uniones de estas han surgido las especies tanto vegetales como animales. Nosotros somos una de esas especies animales, que además somos de rebaño o de grupo.
Segunda.- Los grupos humanos se rigen por la fuerza del líder que les coordina e identifica. En torno a él y luego a sus ideas y enseñanzas se agrupan las élites, y estas marcan los conceptos generales del grupo. El resto de miembros nacidos, educados y protegidos dentro de la fuerza de ese grupo organizado siguen las instrucciones y soportan la presión recibida. A estos les llamamos administrados.
Tercera.- En función a los conflictos del momento los distintos grupos sociales organizados han creado conceptos de identificación y propaganda. Los utilizaron para cohesionar a sus miembros y destruir a los contrarios. Estos conceptos, que ellos llaman Ideología, es el conjunto de creencias, costumbres y conocimientos que estructuran, identifican y dirigen sus mentes. Son los que sustentan todo sus sistemas de leyes y costumbres.
Cuarta.- Las distintas culturas y civilizaciones no son más que esos grupos sociales organizados que en el conflicto permanente de la vida han sabido sobrevivir, o la diosa fortuna, muchas veces por simple aleatoriedad, les permitió no sucumbir ante los elementos, o frente a sus enemigos. Todas ellas por igual con su liderazgo al frente. En ocasiones con un macho único muy definido, en otras con varios sub-liderazgos o grupos menores integrados en otro mayor y que conceden distintas competencias a esos distintos líderes menores. Unas veces fijos y otras tremendamente cambiantes. También es frecuente los pasos intermedios de la implantación parcial de un viejo liderazgo y uno nuevo que aún no ha copado todos los espacios y los distintos resortes de poder e influencia. P. Ejemplo, ¿El actual estado de Israel que es?, ¿Teocrático, con su viejo judaísmo?, ¿Democrático, con criterios occidentales?, ¿Moderno, con seguimiento de la ciencia? ¿Antiguo, con criterios dogmáticos inamovibles?, etc.
Quinta.- Es constante en cualquier conflicto en la historia: Enemigos irreconciliables. Aliados fijos o cambiantes. Cambios de liderazgos interiores para aliarse con uno u otro enemigo. Cambios de parecer a mitad del conflicto. Derrotas parciales que provocan cambios de bando. Etc. Más aún, incluso dentro de cada grupo las líneas de fractura son constantes. Se lucha por unas cosas o las otras, a veces contradictorias. Nada es limpio, llano o claro. La confusión es permanente y las líneas de definición de los apoyos interiores siempre es difusa y cambiante. P. Ejemplo en la II Guerra Mundial en USA unos defendían el aislamiento, otros la neutralidad, unos la entrada con los aliados y otros incluso defendían la participación a favor de los Nazis.
Nosotros ya sabemos que seguimos al viejo líder judío, Cristo, aunque a través de nuestra historia se ha ido imponiendo el líder Heleno, Aristóteles. Pero las líneas no están claras. Unos seguirán más a Cristo, con sus creencias y sus sagrados dogmas a los que se aferrarán, otros defenderemos los conocimientos Científicos iniciados con el Helenismo. Unos querrán un líder fuerte y único, otros queremos decisiones más democráticas y trasversales. Lo que sí parece indiscutible es que somos una mezcla de ambos, aunque a veces en proporciones muy diferentes.
Por lo menos, con los conocimientos científicos de que disponemos, yo creo que debemos intentar dar esa respuesta que se nos pide…
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, y de reciente aparición El Sistema, de editorial Elisa.