Muestran un polo de nueva identidad estadounidense en su forma completa. Esta forma es incompatible con la existencia futura de Estados Unidos de América como país fuerte y dominante. Totalmente incompatible.
Pero supongo que aún no es el final. Hay otro polo, el otro Estados Unidos: profundo, fuerte, patriótico y (relativamente) cuerdo. Totalmente equipado con armas. La América profunda, no necesariamente blanca y religiosa, masculina y pro confederada, pero totalmente diferente.
Este segundo polo (antes era el primero) va a reaccionar contra el BLM, los demócratas de extrema izquierda, la revolución de color sorosita. Tarde o temprano.
Dos Américas lucharán. Esa será una guerra existencial, la guerra por la Gestalt dominante.
¿Cómo afecta al resto? En todos los casos positivamente. La victoria de la escoria sorosita liquidará el dominio estadounidense. Este tipo de anarquismo y oscuridad racista liberal transgénero feminista pro-obesidad ciertamente implosionarán a esos Estados. Si Biden gana, esa será la victoria de la gangrena. Algún tipo de necro-victoria. Estados Unidos con terroristas Antifa controlando ciudades estadounidenses y exigiendo más y más no podrá cumplir el papel de la policía global.
Si lo segundo, la América profunda, que sobrevuela zonas de EE. UU., gana, Trump se verá obligado a ser duro. No solo con los terroristas de Antifa y los saqueadores del BLM, sino también con aquellos que están detrás de ellos. Hillary, Obama, Zuckerberg, Gates y, sobre todo, Soros, serán literalmente decapitados.
Entonces llegará la dictadura real (y no imaginada). Eso obligará a Estados Unidos a la purga interna y a la limpieza antiliberal. Entonces (una vez más) el mundo podrá respirar.
Si, en el tercer caso, no hay perdedores ni ganadores definitivos en la guerra de Gestalt, Estados Unidos se verá envuelto en un caos sangriento e interminable. Y una vez más, el resto podrá respirar.
Entonces, “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer”. Marcos 3:24. Y éste es precisamente el caso.
La vida de los Estados Unidos ya no importa.