Con las sorpresivas devaluaciones del yuan, China ha desencadenado la “guerra global de divisas” que amenaza con alterar la economía mundial en un cambio sin precedentes en la misma semana que Google, el gigante líder de internet, anunciaba una revolución tecnológica que trasformará la manera de entender el mundo.
La calculada estrategia de las autoridades chinas persigue varios objetivos. En primer lugar, las devaluaciones de yuan o renminbi tratan de evitar la quiebra del dólar y que los 3,7 billones de dólares invertidos trabajosamente por Pekín en Occidente se conviertan en papel mojado.
En segundo lugar, incrementar las exportaciones chinas para impedir el estallido de revueltas sociales en un país de 1.300 millones de habitantes acostumbrados a años de crecimiento. La economía del gigante asiático presenta claros síntomas de estancamiento.
En tercer lugar, las devaluaciones buscan facilitar la incorporación del yuan a la canasta de los derechos especiales de giro del FMI formada por el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. El Fondo vetó a principios de semana la divisa china.
Un primer e inmediato efecto de la “guerra global de divisas” ha sido la caída de las Bolsas occidentales ante el temor de los mercados a que se reduzcan las exportaciones de Estados Unidos y la Unión Europea, cuyas mercancías serán comparativamente más caras que los productos chinos.
La negativa del FMI a incorporar la moneda china a la canasta de divisas ha desencadenado el contrataque de Pekín con la devaluación del yuanEn medios de inteligencia europeos se apunta la existencia de reuniones al más alto nivel en las que enviados chinos habrían informado a la Casa Blanca de la devaluación del yuan con objeto de apuntalar la moneda estadounidense y mantener así el valor de las inversiones chinas en fondos y empresas de todo el mundo.
Analistas de la City londinense no descartaban estos días en la prensa que China lleve a cabo nuevas devaluaciones del yuan en los próximos meses.
En el último año Pekín habría gastado 300.000 millones de dólares de sus reservas en revaluaciones para mantener fija la paridad yuan-dólar con objeto de que la moneda china fuese aceptada por el FMI como reserva global junto a las cuatro divisas arriba indicadas.
Las devaluaciones de la moneda china y sus primeros efectos ha dado alas a los gurús económicos que pronostican una crisis sin precedentes de la economía mundial en septiembre. De momento, y todavía en pleno agosto, es indudable que la situación económica se ha calentado por un fenómeno causa-efecto.
La causa: el veto del FMI -organización con sede en Washington y tutelada por Estados Unidos- a incorporar la moneda china a la canasta de divisas que rige la economía y el comercio internacional. El efecto: ante el duro revés, las autoridades de Pekín han contraatacado con las devaluaciones.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha hecho suyo el refrán “donde las dan las toman”. Es decir, si China lidera junto a Rusia el bloque de países emergentes BRICS cuyo objetivo es sustituir o, al menos, compartir liderazgo con el FMI y el Banco Mundial, entra en la lógica que vetase al yuan chino como también al rublo ruso.
Los gurús económicos ya adelantan cuál será el siguiente paso de China. Así la edición digital de la revista Forbes apunta que Pekín utilizará las enormes reservas de oro que ha ido acumulando en los últimos años para respaldar al yuan.
China respaldará el yuan con sus enormes reservas de oro lo que hará crecer sus exportaciones en detrimento de EEUU y EuropaLa revista norteamericana asegura que a finales de año la Bolsa de Oro de Sanghái (SGE, por sus siglas en inglés) fijará el precio del oro, no de acuerdo al dólar como ocurre hasta ahora, sino referenciado al renminbi. Esta medida pondrá término a la supremacía del Precio del Oro de Londres, fijado en dólares por onza.
En una economía estatalizada como la china será el Gobierno quien establezca a su conveniencia el precio del oro en su divisa, concluye Guillermo Barba analista de Forbes, junto a otros expertos como Avery Goodman y Alasdair Macleod (goldmoney.com).
Actualmente, el precio de la onza de oro en Sanghái se sitúa en 6.700 yuanes (1.080 dólares). Si las autoridades chinas duplican el precio del oro a 13.400 yuanes la onza, los tenedores del metal precioso se lanzarían a adquirir divisas chinas con las que comprar el doble de mercancías que ahora.
Para los gurús económicos las exportaciones chinas crecerían exponencialmente y noquearían a la industria estadounidense y europea. Las compras de oro se dispararían en todo el mundo. ¿Quién ha dicho que tendríamos un verano tranquilo?