CLAVES

Ánderson Arboleda, el George Floyd colombiano

Virginia González | Domingo 07 de junio de 2020
Estados Unidos y medio mundo acuden a una auténtica oleada de rechazo contra el racismo y el abuso policial tras la controvertida muerte de George Floyd. Sin embargo, en otra parte del mundo, esta vez en Colombia, se ha dado a conocer que otro joven afrodescendiente, llamado Ánderson Arboleda, perdía la vida por un "exceso de la fuerza por parte de los patrulleros", tal y como relata un testigo y ha denunciado su propia familia.

Ánderson Andrés Arboleda Montaño contaba con apenas 19 años de edad. Era de Puerto Tejada, de Cauca en concreto, y su único fallo, por así decirlo, fue denunciar el delito por el que poco después perdería la vida.

Su propia madre ha relatado a medios locales que "lo sacaron como a un perro de la estación de Policía", donde fue a denunciar el trato recibido por dos patrulleros, que lo habrían golpeado "ferozmente" en la puerta de su casa tras gritarles por cometer un abuso de su fuerza sobre el joven.

Al parecer, Ánderson llegaba a casa con su novia después de haber asistido a un cumpleaños, pero dos agentes les vieron ya en la puerta y pensaron que se habían saltado la cuarentena, pese a que el joven les advirtió que estaban esperando a que les abriesen para entrar y que no iban a ninguna parte.

"Al policía le disgustó que él no obedeciera inmediatamente y empezaron a pegarle. Yo gritaba por la ventana: ¡no le peguen más, por favor!", señala la tía de la víctima a Semana, donde expone que los patrulleros llegaron a echar gas pimienta a su sobrino, lo golpearon varias veces en la cabeza e incluso le fracturaron el cúbito de un solo golpe en el brazo izquierdo.

Tras esto, huyeron. No hubo multa, ni mayor apercibimiento que la paliza que le dieron al joven de apenas 19 años frente a su novia y su tía desesperada que veía la escena por la ventana.

No les creyeron

Cuando se disponían a denunciar, se encontraron con que el oficial no les creyó: "Nos dijo: váyanse de aquí, yo no les creo nada. Yo sé quiénes son los patrulleros de ese cuadrante y son gente decente. A esa historia le falta un pedazo y ahora no tengo tiempo para ustedes".

Ánderson se fue a dormir después de un día cargado de emociones y de rabia contenida. Sin embargo, los golpes hicieron mella mientras dormía, y no llegó a despertar. Lo único que pudieron hacer los efectivos sanitarios es confirmar 'muerte cerebral' derivada de una fractura considerable en el cráneo.

Un multitudinario entierro

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