En el debate sobre la prórroga del estado de alarma, Rufián comenzó su intervención preguntando al líder de Vox, Santiago Abascal, si igual que cree que el Ingreso Mínimo Vital es “una limosna” considera que los 82.000 que él cobraba del “chiringuito” de Madrid eran “cultura del esfuerzo”. “Viva el 8 de marzo”, dijo, defendiendo aquella manifestación, con el que no acabarán “ni un millón de días del orgullo facha”.
Rufián subrayó que ERC es el primer grupo catalán del Congreso y hará uso de sus trece diputados “le pese a quien le pese”, con la premisa de que sólo ellos toman sus propias decisiones. “No somos los criados de nadie, nuestro único amo es el pueblo trabajador de Cataluña y sólo le sirven los hechos, no la magia. Si el político se dedica a interpretar la realidad está bien que viva la realidad. La superchería para los brujos, nosotros hacemos política”, proclamó.
"No somos los criados de nadie, nuestro único amo es el pueblo trabajador de Cataluña y sólo le sirven los hechos, no la magia"
Aseguró que siempre ha puesto su fuerza parlamentaria al servicio de la democracia y de la gente, y enumeró las medidas acordadas a cambio de su abstención en esta prórroga. “Cada vez que el Gobierno ha querido hacer política y no matemáticas, ERC ha estado”, como cuando se ha querido no sólo combatir el virus sino también proteger a la gente de la pobreza y la precariedad. “Si alguna vez no ha estado, ya saben por qué, simplemente porque ERC no es socio del Gobierno, no es socio del PSOE, no es socio de Unidas Podemos, es socio del diálogo, de la política y de la gente, y cuando estas no están en el centro de la toma de decisiones, simplemente ERC tampoco está”.
Rufián preguntó al PSOE y a Unidas Podemos “qué quiere y qué quieren ser” en el PSOE y en Unidas Podemos, “porque si eligen a diez diputados de la derecha contrarios al diálogo, son una cosa, y si eligen a trece del republicanismo, del independentismo catalán de izquierdas dispuestos a dialogar son otra cosa".
"Todo no puedo ser. Dime con quién pactas y te diré qué pactas"
Aseguró que la pervivencia de la mesa de diálogo pasa por la permanencia de ERC como actor de gobernabilidad, pero alertó de que en esa mesa no está en juego el papel de ERC, sino fomentar el odio o el diálogo, ayudar a quienes “pican” cacerolas o a quienes las llenan, a quienes se manifiestan con “coches de gama alta y conciencia baja” o a quienes aplauden en los ambulatorios. “Nos jugamos la democracia, y quien no entienda esto no entiende nada”.
Rufián se dirigió expresamente al ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que avaló los acuerdos con Ciudadanos, para preguntarle qué tipo de reformas cree que se pueden acordar con ese partido, “abrir bares y cerrar ambulatorios, como han hecho con Ayuso en Madrid”, o “suprimir ayudas contra la violencia machista, como han hecho con Vox en Andalucía”.
Convencido de que “les incomoda enormemente” esa cercanía a Ciudadanos, les alertó de que no merece la pena. Si ese partido fuera estadounidense, dijo, ahora estaría diciendo: “Ni el policía, ni George Floyd. América”. Les preguntó, además, cuánto creen que durarán el Ingreso Mínimo Vital, la prohibición de cortar la luz o el agua a quien no puede pagarlos, o la derogación de la reforma laboral, “con Ciudadanos en la ecuación”.
"Ni Ciudadanos es la CDU alemana ni Arrimadas es Merkel. Ciudadanos es Vox en la fase uno, y Arrimadas es Rosa Díez en fase dos"
Rufián dijo a Ciudadanos que son ellos los que tienen que explicar cómo después de “jurar y perjurar que se habían cargado la mesa” de diálogo y el peso de ERC en los acuerdos, siguen respaldando al Gobierno a pesar de que esa mesa sigue viva y ERC es “imprescindible”.
Comparó a las derechas con “el peor casero del mundo”, que cuando habita alguien que no le gusta “intenta desahuciarlo a patadas”. De la izquierda depende, alertó, “que la retórica golpista de la derecha sea algo más que retórica” o no.
Rufián alertó que los “chascarrillos de bar” que hace treinta años popularizó Jesús Gil y que “hacían gracia” ahora son eslóganes que se defienden desde el Congreso. Sólo un fascista se siente amenazado por los antifascistas, dijo, y sólo un fascista elige “a sabiendas” la mentira frente a la verdad.
"No tenemos vacuna contra el virus, pero sí contra el fascismo"
Se dirigió finalmente al Gobierno para alertarles de que gobernar no implica tener el poder, que ahora pasa también por una “alianza antifascista”. “Ojalá la izquierda se tomara sus sueños tan en serio como la derecha sus privilegios. No hay mejor antifascismo que el que se hace en el BOE”, concluyó.