Por Maibort Petit
Martes 02 de junio de 2020
Un informe independiente de inteligencia sobre el futuro de Colombia reveló los lineamientos del plan estratégico del Foro de Sao Paulo para la toma del poder continental—con especial prevalencia del caso colombiano— el cual tendrá como mecanismo de implementación la desestabilización general de los países de la región, aprovechando el escenario de debilidad que los gobiernos de América Latina tendrán a raíz de la pandemia del Covid-19.
Se indica en el informe que, recientemente, tuvo lugar una reunión del Foro de Sao Paulo de carácter virtual —obligados por la pandemia del coronavirus—, en la que representantes de las FARC tuvieron una especial participación dado el énfasis que se dio a Colombia como una de las naciones en la izquierda debe actuar con rapidez para conquistar el poder.
El encuentro se coordinó desde la ciudad de Sao Paulo, Brasil, por elementos de la línea dura del FSP y participaron además del grupo terrorista colombiano y otros personeros de la izquierda.
La aparición de la pandemia del Covid-19 frenó el plan del Foro de Sao Paulo de toma y retoma del poder en América Latina. Sin embargo, serán las consecuencias de la pandemia las que el FSP aprovechará para ejecutar acciones dirigidas a conseguir el referido objetivo.
Y es que, luego de que pase la cuarentena por la pandemia, la hambruna generada por esta, así como la difícil situación económica que atravesarán los países de la región a consecuencia de haber tenido que redirigir sus recursos a mitigar los efectos de la enfermedad, será utilizada por la izquierda internacional para acometer acciones encaminadas a lograr hacerse del poder en la región.
La desestabilización como estrategia
La implementación del plan ideado por los líderes del Foro de Sao Paulo se sustenta en la desestabilización por lo que, la estrategia es crear un clima de protestas, exigencias populares y de manifestaciones callejeras en toda América Latina.
En pocas palabras, el objetivo de la estrategia desestabilización es hacer que la gente salga con hambre a exigir una serie de reivindicaciones a los gobiernos no afines a la izquierda, los cuales, debilitados en razón de que la mayoría de los recursos habrían sido utilizados en la pandemia (subsidios, bonos, compra de insumos médicos y medicinas, etc.), no estarán en capacidad de otorgar. Esto dará a pie a un descontento generalizado que será el caldo de cultivo que la izquierda aprovechará para tratar de llegar al poder.
Subraya el informe, que el socialismo van a aprovechar la crisis del coronavirus para atacar las democracias de América Latina.
El plan estratégico
El informe expone los lineamientos del Plan Estratégico del Foro de Sao Paulo para la toma del poder regional, el cual comprende tres etapas.
Algunos de los puntos del plan ya se han cumplido y otros están por instrumentarse en aquellos países donde ya, efectivamente, se encuentran en funciones de gobierno, como México y España.
La primera etapa contempla, en primer lugar, generar movilizaciones masivas para la desestabilización e implementar programas de captación de votos.
Una vez en el poder, es necesario crear las disposiciones legales para instaurar la guardia militar que proteja al presidente de la república y a todo su entorno leal.
El siguiente paso es el sometimiento del poder legislativo y judicial, al ejecutivo.
Sigue, modificar la Constitución para manejar a discreción las fuerzas militares y de policía y, asimismo, tener el manejo absoluto del presupuesto nacional de manera de hacerlo disponible para financiar toda la implementación de la revolución. Esto puede constatarse al revisar cómo han operado en aquellos países donde han conquistado el poder, tal es el caso de Venezuela, con Hugo Chávez y Nicolás Maduro; en Ecuador, con Rafael Correa; en Bolivia con Evo Morales.
Otro aspecto dentro del plan estratégico, se centra en el impulso a la equidad de género y erigirla como una de las formas de lucha. Advierte el exponente del informe que, aun cuando se esté de acuerdo con la equidad de género, esta no debe convertirse en una forma de confrontación, tal como lo pretende la izquierda internacional que la concibe como método efectivo para deslegitimar gobiernos que no acepten los términos de la equidad de género y los derechos LGBT.
Del mismo modo se plantea la desmitificación de las religiones mediante su descrédito con hechos irrefutables, tales como la pederastia, los abusos sexuales, los escándalos internos de las iglesias y los fraudes económicos. Aunque, indudablemente, se trata de situaciones que hay que denunciar, la izquierda internacional busca convertirlo en una manera de acabar, literalmente hablando, con las religiones, dado que estas encauzan el pensamiento y evitan que las personas se dirijan a cometer acciones tendenciosas.
Otro aspecto del plan ligado al anterior, es impulsar sectas, grupos que se muestren como religiosos, tal es el caso de los movimientos esotéricos, para que se conviertan en otras alternativas de creencias. La idea es entrenar y formar a estos nuevos movimientos en la ideología y política revolucionaria. La libertad de culto se utilizará, por tanto, como medio para darle a todas estas sectas, la manera de instaurarse como alternativas religiosas manejables ideológicamente.
El Foro de Sao Paulo propone el control de los medios de comunicación de manera progresiva y sostenido en el tiempo, con el objetivo de fortalecer la propaganda selectiva y luego masiva, sobre la campaña del culto al líder. En esto ya están trabajando en Colombia y se visualiza en el sesgo que muchos medios ya exhiben contra el gobierno y las fuerzas militares y contra todo aquel que se oponga a la “agenda progresista” propuesta por la izquierda internacional.
Dicha agenda progresista está basada en la libertad del aborto libre, el cual debe ser financiado por el estado; la promoción y defensa del libre consumo de drogas como parte del desarrollo de la personalidad; la relatividad de los valores, que es una teoría que plantea que todo es bueno y nada es malo, todo permitido y nada es prohibido y se hace para favorecer la revolución, es la inversión de todos los valores de la sociedad incluida la justicia; crear grandes proyectos que se conviertan en símbolos nacionales y fortalezcan el poder del partido revolucionario.
En España, por ejemplo, el gobierno socialista sacó los restos de Francisco Franco del monumento del Valle de los Caídos para trasladarlos a un cementerio convencional. Esto lo han convertido el gobierno socialista en el máximo símbolo nacional. En Colombia se tiene el propósito de convertir a todos los casos de muertos en acciones violentas enterrados en diversas regiones del país como N.N. (víctimas de la violencia sin identificación posible), en falsos positivos para atacar a las fuerzas militares y al estado.
También el Foro de Sao Paulo se plantea reformar la educación bajo el concepto de igualdad, de adoctrinamiento y lucha de clases. Esto se asume desde la premisa marxista que establece que para “encauzar al hombre hay que adoctrinar al niño”.
Esta primera etapa se completa con la expansión de ejércitos de civiles integrados por gente leal al partido de gobierno revolucionario, que a su vez estructure células de control ciudadano con autoridad localizada. Esto tiene un claro ejemplo en Venezuela cuando Hugo Chávez creó y fomento los llamados “Colectivos” y los “Consejos Comunales”. Estos grupos son financiados para que lleven a cabo movilizaciones, concentraciones, tomas, que deben ser coordinadas y articuladas por redes sociales y medios de comunicación afines al partido.
El control político y social de la población mediante la activación de redes sociales y de partidos políticos satélites.
Estos partidos satélites, es necesario haberlos creado previamente sin que, en apariencia exhiban afinidades ni se presenten como organizaciones de izquierda y como revolucionarios. Con ellos habrá de estructurarse una acción de masas visible y efectiva de control de la población que, posteriormente, manifestará su apoyo al partido revolucionario.
Seguidamente, se debe reforzar la “lucha por los pobres” y usar esta como un medio de convocatoria de masas. Se incluye aquí el fortalecimiento de las denuncias contra la corrupción como bandera efectiva de causa de movilización.
En esta etapa se implementará el control total del internet. Se debe reglamentar y aplicar penas ejemplarizantes para quienes usen el internet y las redes sociales para el ataque al partido, las ideas y el proceso revolucionario. Es decir, se instauran se penaliza a cualquiera que piense algo contradictorio a la ideología revolucionaria y lo exponga a través de las redes sociales.
Creación de milicias populares armadas, grupos armados de choque, grupos de acciones selectivas y estructuras paramilitares que evadan los derechos y humanos y puedan actuar disuasivamente sin vincular a agentes legítimos del estado y a miembros de la fuerza pública. Una acción selectiva, por ejemplo, es el asesinato de alguien que se oponga a las acciones de gobierno por parte de estos grupos, sin que se involucre en ello a los agentes estatales.
El FSP plantea la geo-referenciación y perfilamiento de empresarios, líderes sociales, activistas, periodistas, blogueros, y todos los que no sean afines al partido revolucionario, de manera de marginarlos para que dejen de financiar y apoyar a la oposición. Se procede a buscar acciones legales legítimas para encarcelarlos o propender que se vayan del país.
Vincular a líderes de todas las líneas políticas del partido revolucionario y partidos relacionados, sembrarlos en las estructuras del gobierno, creando nuevos cargos que actúen en paralelo hasta lograr copar los cargos estratégicos, sanado a los funcionarios que son afines al gobierno. Esto ya está ocurriendo en Colombia, por ejemplo, en las fuerzas militares, en la contraloría, en la procuraduría.
Crear estructuras paralelas dentro de los entes de control del estado que sigan los lineamientos del partido, esto con el objetivo de controlar gobernadores y alcaldes de todas las regiones hasta hacerlos afines al partido.
La segunda etapa
Luego de haber configurado la plataforma revolucionaria mediante todas las acciones referidas anteriormente, se debe proceder con la segunda etapa del plan estratégico del FSP, que contempla en primer término, establecer mecanismos de control y tratabilidad del dinero vía tecnología.
Es imprescindible la instauración del control de bancos, de las divisas, del cambio.
Aquí se prevé también la incautación y bloqueo cuentas y rastreo a cualquier financiación que no sea afín al partido revolucionario.
Tercera etapa
El Plan estratégico del Foro de Sao Paulo estipula que la tercera etapa corresponde a la consolidación del poder global.
Aquí deben operarse expropiaciones masivas, tal como ocurrió en Venezuela con Hugo Chávez.
Luego vendrá el reparto de viviendas, propiedades, terrenos y empresas expropiadas, lo cual no será nominal, por cuanto el partido revolucionario será el auténtico propietario.
Debe implementarse un escarmiento a la clase económica alta, convirtiendo la tenencia del dinero en un delito.
Se debe llevar a cabo ahora un nuevo cambio en la Constitución con el objetivo de establecer la reelección indefinida. La permanencia en el poder se convierte así en un mandato supremo del pueblo.
Hay que acotar que estas revoluciones llevan a cabo dos procesos de cambio constitucional, el primero, al llegar al poder cuando se establece una asamblea nacional constituyente que establece cambios fundamentales referidos al manejo del presupuesto nacional, de las fuerzas militares, la creación de guardia presidencial, la creación de los colectivos sociales, juntas comunales, etc. Luego, el segundo cambio en la Constitución es para reelegirse indefinidamente.
En esta etapa los medios de producción pasan en su totalidad a ser propiedad del estado.
En razón de que el trabajo ahora se desempeña en los medios de producción estatales, los sueldos pasan a tener un bajo costo, lo que es absolutamente empobrecedor. Los salarios nunca permitirán el escalamiento social.
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