CLAVES

El Pentágono y Rusia negocian en secreto reducir la tensión bélica

Lunes 03 de agosto de 2015

Dirigentes militares norteamericanos y rusos negocian en secreto medidas para reducir la tensión entre la OTAN y Rusia que ha llevado a los dos bloques a un nivel de enfrentamiento desconocido desde el final de la Guerra fría hace 25 años, según supo MIL21 en fuentes de inteligencia europeas.

Las reuniones se celebran en un país del norte de Europa con el visto bueno de la Casa Blanca y el Kremlin, y han sido impulsadas por altos mandos militares del Pentágono y el Ministerio de Defensa ruso.

El equipo del secretario de Defensa norteamericano, Ashton Carter, habría dado un giro en su estrategia con Rusia, siempre según las citadas fuentes, y buscaría reducir la presión sobre Moscú por el conflicto de Ucrania a cambio de que Rusia apoye el nuevo diseño geopolítico de Oriente Medio promovido por Estados Unidos tras el acuerdo nuclear con Irán.

El Pentágono necesita desactivar el enfrentamiento con Rusia y contar con el apoyo de Putin para volcarse en frenar la expansión del Estado Islámico y, en paralelo, promover cambios en los gobiernos suníes del Golfo que se han distanciado de Washington, a raíz del acuerdo nuclear con Irán.
Washington cada vez más inquieto por la “agenda propia” del Estado islámico
Las fuentes de inteligencia europeas explican a Mil21 que inicialmente el Estado Islámico fue apoyado por Estados Unidos, con financiación de países del Golfo, fundamentalmente Qatar y Arabia Saudí, y apoyo logístico del fronterizo régimen turco de Erdogan, con el objetivo principal de acabar con el régimen de Bashar al-Asad en Siria.

Sin embargo, desde la autoproclamación del Califato hace un año el Estado Islámico se ha convertido en el referente del yihadismo y atrae a miles de combatientes de todo el mundo. Las fuentes indican que los norteamericanos están cada vez más inquietos por la “agenda propia” que se está marcando el Estado Islámico y su creciente capacidad de autofinanciación.

Hasta ahora las agencias de inteligencia estadounidenses -CIA, DIA, NSA- mantenían una estrecha colaboración con el MOSSAD israelí, que dispone de excelente información sobre todo lo que se mueve en Oriente Medio y conoce a fondo los entresijos del Estado Islámico.

De un día para otro Israel ha visto cómo el régimen de los ayatolás ha dejado de ser enemigo de Estados Unidos, lo que ha supuesto un gravísimo descalabro para Tel Aviv que tradicionalmente contaba con el apoyo de Washington. Una de las primeras consecuencias ha sido el abrupto corte de la colaboración entre el servicio secreto israelí y las agencias de inteligencia estadounidenses.

Asimismo, la renuncia de Irán a fabricar bombas atómicas ha abierto el melón, según las citadas fuentes, de forzar a Israel a firmar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), medida a la que se opone radicalmente el primer ministro Benjamin Netanyahu. La capacidad nuclear de Israel es la baza que ha jugado durante décadas para garantizar su supremacía militar frente al mundo árabe.

En las próximas semanas tendrían que producirse los primeros indicios de desescalada de la tensión entre Rusia y la OTAN si las negociaciones en curso no se rompen.

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