Las relaciones con los gobiernos de Irán, Venezuela, Bolivia y Ecuador, estos dos últimos países cuando eran gobernados por narcotraficantes, impiden que el vicepresidente fundador de Podemos, partido financiado con dinero de gobiernos narcoterroristas, Pablo Iglesias tenga acceso a documentos secretos, confidenciales o reservados, del Centro Nacional de Inteligencia.
La actual legislación española, así como las relaciones con la OTAN, obligan a una Declaración Personal de Seguridad donde deberá describir todas las relaciones mantenidas con personalidades de países no miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Y Pablo Iglesias ha colaborado con varios gobiernos narcoterroristas, y ha cobrado de ellos millones que han servido para financiar un partido político creado para instaurar un régimen comunista en Europa.
Pablo Iglesias siempre ha soñado con controlar los servicios secretos españoles, y el actual presidente y sus asesores le han premiado con un caramelo envenenado, ya que la humillación a la que será sometido no hay quien la evite. Se trata de un personaje siniestro, amigo de dictaduras, de terroristas, y su propia hemeroteca le delata.
En la propia fiscalía general del sur de Nueva York se está elaborando un dossier vinculado a la petición de extradición del narcoterrorista Nicolás Maduro y todo el cártel de los Soles, donde aparecen las autoridades españolas que han colaborado, cobrado y ayudando a ese régimen criminal. Cuando Pablo Iglesias deje de ser miembro del gobierno probablemente sea citado por el tribunal americano para que aclare sus relaciones con el régimen de Chávez-Maduro, al igual que la fiscalía de Bolivia ya ha iniciado la tramitación para que respondan el expresidente Rodríguez Zapatero, así como el exjuez Baltasar Garzón y los fundadores de Podemos, ya que en el informe Cardona, se revela que Podemos fue creado por Hugo Chávez y Evo Morales para introducir cocaína en Europa