La noticia advierte sobre un supuesto peligro relacionado con una nueva vacuna de mRNA contra la gripe aviar, financiada por Bill Gates y acelerada por la FDA. Se alega que esta tecnología "replicon" podría convertir a los humanos en fábricas de priones tóxicos, generando un nuevo virus mortal. Se menciona un posible escenario de "plandemia", similar al COVID-19, con acusaciones de manipulación global para controlar la población mediante vacunas peligrosas. La información sugiere que se están preparando narrativas mediáticas y estrategias para justificar el uso de estas vacunas sin pruebas adecuadas de seguridad o eficacia.
La reciente controversia en torno a una nueva tecnología de vacunas, financiada por Bill Gates y acelerada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), ha suscitado preocupaciones sobre su seguridad y efectividad. Se trata de una vacuna de ARN mensajero (ARNm) para la influenza aviar que se autoincrementa, lo que implica que podría replicar antígenos tóxicos dentro de las células humanas, generando un efecto similar al de una fábrica de priones dañinos. Esta situación plantea serias interrogantes sobre el desarrollo de un nuevo virus de la influenza aviar con potencial para causar una pandemia.
Los críticos han señalado que esta tecnología podría estar diseñada para crear un nuevo subtipo del virus H5N1, capaz de transmitirse entre humanos a través de aves como los pollos. Este escenario recuerda las teorías sobre el origen del COVID-19 y despierta temores sobre la posibilidad de un brote incontrolable.
El proceso propuesto para implementar esta vacuna se divide en varias fases:
A medida que estas fases avanzan, surgen inquietudes sobre las verdaderas intenciones detrás del desarrollo y distribución de estas vacunas. Los detractores argumentan que existe una agenda más amplia relacionada con el control poblacional y la manipulación de suministros alimentarios.
Las implicaciones para la salud pública son alarmantes. Aquellos que reciban esta vacuna podrían experimentar efectos adversos graves, conocidos como Síndrome Bill Gates (BGS), donde las células producen priones mortales continuamente, afectando gravemente órganos vitales. Esto ha llevado a muchos a cuestionar no solo la ética detrás del desarrollo de tales tecnologías, sino también la transparencia en los procesos regulatorios.
A pesar del escepticismo generalizado, figuras públicas continúan apoyando estas iniciativas sin considerar las advertencias emitidas por expertos en salud pública. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, mientras se generan debates sobre la seguridad y responsabilidad en el ámbito científico.
Para mantenerse informado sobre estos temas críticos, se recomienda seguir fuentes independientes dedicadas a investigar los avances en biotecnología y sus repercusiones en la salud global.
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