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Estudio revela que jóvenes siguen produciendo proteínas espiga un año tras vacunación contra COVID-19

Producción proteína

OpenAI | Miércoles 16 de abril de 2025

Un estudio revisado por pares publicado en la revista Immunity, Inflammation and Disease revela que los jóvenes adultos que recibieron la vacuna COVID-19 de Pfizer continúan produciendo proteínas espiga un año después de la vacunación. Este hallazgo plantea preocupaciones sobre la disfunción del sistema inmunológico a largo plazo, con niveles elevados de citoquinas proinflamatorias que podrían llevar a inflamación crónica y trastornos autoinmunes. Los expertos instan a una reevaluación urgente de la seguridad y los efectos a largo plazo de las vacunas de ARNm, especialmente en poblaciones jóvenes y vulnerables. La evidencia sugiere que esta generación podría enfrentar problemas de salud significativos debido a la producción continua de proteínas espiga. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/transhuman-vectors-of-disease-young-adults-continue-to-produce-spike-proteins-one-year-after-receiving-covid-vaccine/.



Un estudio revisado por pares publicado en la revista Immunity, Inflammation and Disease ha revelado que los jóvenes adultos que recibieron la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer continúan produciendo proteínas espiga un año o más después de la vacunación. Este hallazgo pone de manifiesto la producción persistente de proteínas espiga y niveles elevados de citoquinas proinflamatorias, lo que genera preocupaciones sobre la posible desregulación del sistema inmunológico a largo plazo.

Los expertos advierten que la presencia prolongada de estas proteínas puede dar lugar a inflamación crónica, trastornos autoinmunes y otros problemas graves de salud. Las conclusiones del estudio subrayan la necesidad urgente de realizar más investigaciones y reevaluar la seguridad y los efectos a largo plazo de las vacunas de ARNm, especialmente en poblaciones jóvenes y vulnerables.

Producción continua de proteínas espiga

El análisis incluyó a 84 jóvenes adultos, quienes mostraron niveles elevados de múltiples citoquinas proinflamatorias, indicando una respuesta inmune persistente a las vacunas de ARNm. Según los investigadores, la "producción persistente de proteínas espiga y la naturaleza altamente inflamatoria de las nanopartículas lipídicas del ARNm" podrían ser responsables de estos altos niveles de citoquinas. Esta situación es particularmente preocupante, ya que sugiere que el sistema inmunológico se mantiene en un estado de activación crónica, lo cual podría desencadenar una serie de problemas de salud.

Daniel O’Connor, fundador y director ejecutivo de TrialSite News, destacó la importancia de los hallazgos: "Este estudio plantea preguntas fundamentales sobre el impacto inmunológico a largo plazo de las vacunas contra el COVID-19 en jóvenes sanos". O’Connor hizo un llamado urgente para llevar a cabo estudios sobre la eliminación y distribución del spike, especialmente en hombres jóvenes y adultos mayores, cuyas respuestas inmunitarias parecen verse afectadas desproporcionadamente.

Consecuencias para el sistema inmunológico

Karl Jablonowski, Ph.D., científico investigador senior para Children’s Health Defense (CHD), advirtió que aunque el diseño del estudio tiene limitaciones, presenta "evidencia con fuertes implicaciones". Señaló que la producción prolongada de proteínas espiga podría conducir al agotamiento de células T, una condición en la cual el sistema inmunológico se vuelve incapaz de combatir eficazmente virus o cáncer. "La exposición persistente a antígenos agotará las células T e inhibirá su función natural", afirmó Jablonowski.

Nicolas Hulscher, epidemiólogo, observó que los resultados del estudio no son completamente inesperados dado que 130 estudios revisados por pares han identificado previamente la presencia persistente de proteínas espiga en el cuerpo humano. Hulscher sugirió que la exposición prolongada a estas proteínas podría resultar en síntomas similares a los experimentados por personas diagnosticadas con COVID prolongado, complicando aún más el panorama sanitario.

Preocupaciones sobre la seguridad

Las conclusiones del estudio también generan preocupaciones más amplias sobre la seguridad. Jablonowski abogó por un estudio controlado retrospectivo más amplio y enfatizó la urgencia de preservar datos sobre lesiones causadas por las vacunas: "Este tipo de información no se conserva indefinidamente. La ventana para preservar datos sobre los daños causados por las inyecciones contra el COVID-19 se está cerrando rápidamente".

El Secretario estadounidense de Salud y Servicios Humanos (HHS), Robert F. Kennedy Jr., criticó recientemente a las agencias del HHS por vender información sobre pacientes, incluidas las lesiones por vacunas, entre ellas en lugar de hacerla accesible al público. Kennedy anunció el lanzamiento de una nueva agencia dentro del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) especializada en lesiones por vacunas, un movimiento que podría aumentar la transparencia y responsabilidad.

Aumento significativo en los niveles de citoquinas

El estudio también reveló un "aumento significativo" en citoquinas asociadas con inflamación crónica, disfunción inmune y activación autoinmune. Estas citoquinas fueron encontradas en niveles elevados entre los participantes del estudio, siendo especialmente notables los incrementos en hombres.

Brian Hooker, Ph.D., director científico para CHD, indicó que el aumento en citoquinas podría estar influenciado por el incremento observado en peso e índice de masa corporal (IMC) entre los participantes. Sin embargo, enfatizó que incluso los aumentos observados en adultos mayores son motivo suficiente para una investigación adicional.

Llamado a acción e investigación adicional

A medida que aumenta la evidencia sobre los impactos negativos a largo plazo para la salud, un número creciente de científicos está pidiendo la eliminación inmediata de las vacunas basadas en ARNm del mercado. Una petición pendiente ante la FDA firmada por varios científicos exige la suspensión o retirada inmediata de estas vacunas contra el COVID-19. Algunos estados y comunidades estadounidenses también están considerando prohibiciones sobre estas vacunas.

Brian Hooker declaró: "El aumento en inflamación conduce a diversas condiciones asociadas con la vacuna contra el COVID-19". Esto contribuye indudablemente al cuerpo documental que apoya una retirada completa de todas las vacunas contra el COVID-19 disponibles actualmente."

Nicolas Hulscher coincidió con esta opinión: "A medida que otro estudio revela graves daños vinculados a las inyecciones mRNA contra COVID-19, se fortalece cada vez más el argumento para su inmediata retirada del mercado."

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