Residents of Duplin County, North Carolina, are fighting for clean air as toxic gases from nearby factory farms infiltrate their homes. The community faces significant health risks due to unregulated pollution from industrial hog and poultry operations, which include harmful pathogens and bacteria. With the help of researchers from Johns Hopkins University, they have developed a tool called Pig-2-Bac to trace pollution back to its source. This initiative aims to provide evidence for legal action against major producers like Smithfield Foods. Despite challenges such as strengthened "right-to-farm" laws and limited federal oversight, local nonprofits are working to monitor air quality and advocate for environmental justice. The struggle highlights the urgent need for transparency and accountability in industrial agriculture practices. For more details, visit the full article.
En el corazón de Carolina del Norte, los residentes del condado de Duplin se encuentran en una intensa lucha contra un enemigo invisible. Los gases tóxicos y las partículas de estiércol provenientes de granjas industriales de animales están infiltrándose en sus hogares, dejando a su paso una estela de contaminación y riesgos para la salud. Esta comunidad, situada en una zona crítica de producción porcina, ha decidido actuar con el apoyo de investigadores para exponer la magnitud de la contaminación y exigir justicia.
Devon Hall Sr., director ejecutivo de la Asociación Rural de Empoderamiento para Ayuda Comunitaria, vive a menos de tres millas de 30 granjas industriales. Relata la persistente fetidez y la frustración comunitaria hacia las autoridades locales que históricamente han desestimado sus preocupaciones. «Cuando le decimos a quienes tienen el poder lo malo que es a veces, que nuestros ojos lloran, nuestra nariz gotea y estamos tosiendo, a veces escuchamos: ‘oh, no puede ser tan malo’», comenta Hall.
Una herramienta para la justicia
Decididos a demostrar la magnitud de la contaminación, los habitantes han colaborado con investigadores de la Universidad Johns Hopkins para desarrollar una herramienta innovadora. Conocida como Pig-2-Bac, esta herramienta identifica un segmento específico del ADN bacteriano presente únicamente en el intestino de los cerdos. Mediante el análisis de muestras de polvo recolectadas en hogares, esta herramienta puede rastrear la contaminación hasta las granjas industriales cercanas.
La batalla por un aire limpio va más allá del ámbito legal. A medida que las comunidades avanzan en su lucha, algunos estados han respondido fortaleciendo las leyes sobre «derecho a cultivar», dificultando así que los residentes presenten demandas por molestias contra las granjas industriales. Carolina del Norte e Iowa han liderado este movimiento, bloqueando efectivamente muchos desafíos legales.
La lucha en el condado de Duplin simboliza un problema mayor donde los derechos agrícolas industriales frecuentemente eclipsan la salud y bienestar de las comunidades vecinas. La pregunta persiste: ¿serán escuchadas las voces de estos residentes antes que el daño sea irreversible? En palabras de Hall: «No nos vamos a ir. Vamos a seguir luchando porque este es nuestro hogar». Este sentimiento resuena con la eterna lucha por justicia ambiental, donde pelear por un aire limpio y una comunidad saludable es una batalla sin límites.
Fuentes incluyen:
Cifra | Descripción |
---|---|
1,400 | Número de muestras recolectadas por los residentes. |
300 | Número de hogares involucrados en el estudio. |
3 | Millas que vive Devon Hall Sr. de las granjas industriales. |
30 | Número de granjas cercanas a la residencia de Devon Hall Sr. |