Un estudio de UCLA revela que el chicle, tanto sintético como "natural", libera miles de microplásticos con cada masticada, alcanzando hasta 3,000 partículas por pieza. Estos microplásticos, compuestos de plásticos comunes como polietileno y polipropileno, están relacionados con problemas de salud como inflamación, disrupción hormonal y daños celulares. Se recomienda limitar el consumo de chicle, optar por alternativas libres de plástico y desecharlo adecuadamente para reducir la contaminación. La investigación destaca la necesidad de una mejor regulación y etiquetado sobre el contenido de microplásticos en los productos. Para más información, visita el enlace a la noticia.
Un estudio realizado por la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) ha revelado que el chicle, ya sea sintético o "natural", libera cientos a miles de partículas de microplásticos con cada masticada, alcanzando hasta 3,000 partículas por pieza. Tanto los chicles sintéticos como los naturales desprenden cantidades similares de microplásticos, que a menudo incluyen polietileno y polipropileno, plásticos comunes en nuestra vida cotidiana. Esta situación plantea serias preocupaciones sobre la exposición a largo plazo a estas sustancias.
Durante décadas, el chicle ha sido promocionado como un refrescante del aliento, un alivio del estrés e incluso como un auxiliar dietético. Sin embargo, investigaciones recientes han puesto de manifiesto un peligro oculto en cada trozo: los microplásticos. Un innovador estudio piloto presentado en la reunión de primavera de 2025 de la American Chemical Society indica que el acto de masticar chicle podría liberar una cantidad alarmante de pequeñas partículas plásticas en la boca.
Los investigadores analizaron diez marcas populares de chicle —cinco sintéticas y cinco naturales— y encontraron que:
Quizás lo más preocupante es que los chicles "naturales" no muestran un mejor desempeño que sus contrapartes sintéticas. Ambos tipos contienen los mismos polímeros, incluyendo polietileno y polipropileno, materiales comúnmente hallados en bolsas y botellas plásticas. La investigadora principal del estudio, Lisa Lowe, estudiante graduada en UCLA, comentó: “Sorprendentemente, tanto los chicles sintéticos como los naturales liberaron cantidades similares de microplásticos al ser masticados”.
Desde mediados del siglo XX, la mayoría de los chicles comerciales han estado basados en goma sintética derivada del petróleo, reemplazando al chicle natural hecho a partir de resina de árboles utilizada tradicionalmente por culturas indígenas. Hoy en día, incluso los chicles etiquetados como "naturales" a menudo contienen polímeros vegetales que se comportan como plásticos.
Los microplásticos son ahora ubicuos; se encuentran en sangre humana, placentas y órganos. Estudios han vinculado su presencia con:
La doctora Linda Kahn, experta en salud pública en NYU, advierte: “Lo que sabemos sobre los microplásticos nos lleva a creer que podrían estar asociados con resultados negativos para la salud”.
Aunque evitar completamente los microplásticos es casi imposible, quienes mastican chicle pueden reducir su exposición siguiendo algunas recomendaciones:
Este estudio destaca una cuestión crítica: la falta de regulación y etiquetado sobre microplásticos en productos cotidianos. Los consumidores tienen derecho a conocer lo que están ingiriendo —especialmente cuando las afirmaciones sobre lo "natural" pueden resultar engañosas.
Sanjay Mohanty concluye: “Nuestro objetivo no es alarmar a nadie; pero sabemos que estamos expuestos a plásticos en nuestra vida diaria y eso es lo que queríamos examinar aquí”. A medida que avanza la ciencia, recae sobre cada individuo tomar decisiones informadas. Para quienes disfrutan del chicle surge una pregunta sencilla: ¿vale realmente la pena esa frescura mentolada si implica consumir plástico?
Pensamiento final: En una era donde los microplásticos invaden nuestro agua, alimentos y aire, el consumo de chicle puede parecer una preocupación menor; sin embargo, representa otro recordatorio del profundo arraigo del plástico en nuestras vidas. Hasta que surjan alternativas más seguras, moderación y conciencia son esenciales.
Fuentes incluyen:
Cifra | Descripción |
---|---|
100 | Microplásticos por gramo de chicle (promedio) |
600 | Microplásticos por gramo de chicle (algunas marcas) |
3,000 | Microplásticos liberados por cada pieza de chicle (máximo) |
94% | Porcentaje de microplásticos que se desprenden en los primeros 8 minutos de masticar |