Erik Prince, fundador de Blackwater, vuelve a ser noticia tras su reunión con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien busca una "cooperación internacional" para enfrentar la inseguridad en el país. Este encuentro reaviva el debate sobre el oscuro historial de Prince, conocido por su controvertido papel en conflictos internacionales y su propuesta fallida de intervención militar en Venezuela. Blackwater, la empresa que fundó, se ha visto envuelta en numerosas polémicas, incluyendo la masacre de Nisour en 2007. La alianza entre Noboa y Prince ha generado críticas, especialmente de la oposición que cuestiona la necesidad de mercenarios en lugar de fortalecer las fuerzas locales. Para más información sobre este tema, visita el enlace.
Erik Prince, reconocido por ser el fundador del ejército privado Blackwater, ha vuelto a acaparar la atención pública tras su reciente reunión con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Este encuentro se produce en un contexto donde el mandatario ecuatoriano ha delineado una estrategia de cooperación internacional para abordar la creciente ola de inseguridad que afecta a la nación suramericana, pocos días antes de enfrentar una segunda vuelta electoral para intentar renovar su mandato.
La controversia en torno a este encuentro ha resurgido el oscuro historial de Prince, especialmente después de su implicación en un escandaloso episodio relacionado con la política venezolana. En 2022, Prince lanzó una iniciativa denominada ‘Ya casi, Venezuela’, que proponía una intervención militar privada para derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, esta propuesta no avanzó más allá de una recolección de fondos sin resultados concretos.
Erik Prince es un ciudadano estadounidense de 55 años que alcanzó notoriedad al fundar Blackwater en 1997. Su incursión en este controvertido negocio fue posible gracias a dos factores clave: la venta de la empresa de su padre fallecido, lo que le permitió acumular más de 1.300 millones de dólares, y su sólida experiencia militar adquirida como miembro del comando Seal en la Armada de EE.UU.
A lo largo de su carrera, Prince también estableció conexiones influyentes en Washington D.C., algunas heredadas del legado empresarial familiar y otras forjadas durante sus años como pasante en la Casa Blanca durante la administración de George Bush.
Blackwater se ha consolidado como el ejército privado más conocido del mundo, aunque no sin polémicas. Fundada en los años noventa, esta compañía alcanzó su mayor actividad durante las guerras en Afganistán e Irak, donde comenzó a ofrecer servicios tanto a agencias gubernamentales como a entidades privadas.
Con un enfoque en el entrenamiento militar y seguridad, Blackwater se convirtió rápidamente en un ejército mercenario compuesto principalmente por exmilitares estadounidenses dispuestos a intervenir donde fueran contratados. Sus operaciones incluían desde la protección de personalidades hasta la logística en zonas conflictivas, logrando contratos millonarios con el gobierno estadounidense.
El punto culminante de las controversias que rodean a Blackwater ocurrió el 16 de septiembre de 2007, cuando mercenarios de la compañía mataron a 17 civiles e hirieron a otros 20 en la plaza Nisour, Bagdad. Este incidente marcó un antes y un después para la reputación ya dañada de Blackwater y dejó a las víctimas clamando por justicia; los condenados por estos actos fueron indultados por el presidente Donald Trump en 2020.
No obstante, este no fue un caso aislado. La compañía enfrentó numerosas denuncias por uso excesivo de la fuerza y otros incidentes polémicos que generaron dudas sobre la rendición de cuentas y el control legal sobre los contratistas privados involucrados en conflictos armados.
A pesar del deterioro en su imagen tras vender Blackwater en 2010, Erik Prince continuó vinculado con proyectos relacionados con seguridad y defensa. Se le considera cercano al Partido Republicano y específicamente al expresidente Donald Trump. Recientemente, ha ofrecido asistencia para llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes.
Este empresario representa un debate crucial sobre la legalidad y ética del uso de ejércitos privados por parte del Estado, así como las implicaciones que esto tiene sobre el monopolio estatal del uso legítimo de la fuerza.
Durante su reunión con Erik Prince, el presidente Noboa anunció una alianza estratégica destinada a fortalecer las capacidades del país en la lucha contra el narcoterrorismo y proteger sus recursos pesqueros ilegales. Esta decisión ha suscitado críticas significativas entre opositores políticos.
Luego del anuncio presidencial, Luisa González, candidata presidencial que competirá contra Noboa en segunda vuelta, expresó su rechazo ante la llegada potencial de fuerzas militares privadas al país. González argumentó que esto menosprecia las capacidades existentes dentro de las fuerzas públicas ecuatorianas.
"Se burla de nuestra fuerza pública porque quiere traer mercenarios cuando aquí tenemos personas capacitadas", afirmó González durante una entrevista reciente.