El presidente António Costa destacó la importancia de los valores socialdemócratas en su discurso en el evento del Friedrich Ebert Stiftung, con motivo de su centenario. Recordó cómo esta fundación fue clave en la transición de Portugal hacia la democracia y subrayó la relevancia actual de estos principios frente a amenazas como el populismo y la desinformación. Costa abogó por una Europa unida que priorice la defensa, la prosperidad y el progreso social, enfatizando que la solidaridad es esencial para enfrentar los desafíos contemporáneos. Su mensaje resalta la necesidad de construir un futuro más justo y sostenible en un contexto global incierto.
El presidente António Costa ha expresado su satisfacción al participar en la celebración del centenario de la Friedrich Ebert Stiftung, destacando la importancia de esta institución en el desarrollo de valores democráticos en Europa. Durante su intervención, subrayó que se encontraba entre amigos y colegas socialdemócratas, lo que refuerza el sentido de comunidad y colaboración en el continente.
La historia de la Friedrich Ebert Stiftung se remonta a 1918, un periodo marcado por el establecimiento de una república progresista en Alemania, impulsada por los valores de la socialdemocracia: justicia social, sufragio femenino, educación pública y derechos humanos. Estos principios han resistido los embates del fascismo y han resurgido con fuerza tras la Segunda Guerra Mundial, siendo revitalizados durante el Congreso de Bad Godesberg en 1959.
Costa enfatizó el papel crucial que desempeñó la Stiftung en la transición de Portugal desde una dictadura de 48 años hacia una democracia estable y un estado del bienestar robusto. Recordó que un año antes de la revolución democrática en 1973, el Partido Socialista Portugués fue fundado en Alemania, específicamente en las instalaciones de la Friedrich Ebert Stiftung.
El apoyo institucional y personal de líderes como Willy Brandt y Helmut Schmidt fue decisivo para derrotar a las fuerzas totalitarias y asegurar el triunfo democrático bajo el liderazgo del Partido Socialista. “Nunca olvidaremos su amistad y apoyo”, afirmó Costa.
A lo largo de cinco décadas, este compromiso internacional ha tenido un impacto significativo no solo en Portugal, sino también a nivel global. La transición portuguesa fue pionera en lo que se conoce como la tercera ola de democratización, influyendo posteriormente en países como Grecia, España y diversas naciones latinoamericanas.
La Friedrich Ebert Stiftung ha sostenido democracias alrededor del mundo al fortalecer asociaciones, apoyar sindicatos y promover políticas públicas. Costa se identificó como parte del legado de esta institución, reconociendo su influencia formativa.
En su discurso, Costa también abordó las amenazas actuales que enfrentan las democracias europeas. Mencionó cómo la guerra ha regresado como herramienta geopolítica para avanzar intereses nacionales, redibujar fronteras y violar leyes internacionales. “La protección económica está siendo utilizada para intimidar a otros”, advirtió.
A medida que nuevas tecnologías alteran el espacio público, surge una clase empresarial con poder económico y político desproporcionado. Este fenómeno plantea riesgos significativos para la libertad de expresión y la cohesión social. “La libertad de expresión ha sido secuestrada por una oligarquía no elegida”, denunció Costa.
Costa instó a los socialdemócratas a responder a estas amenazas ofreciendo confianza y seguridad a los ciudadanos. La solidaridad es fundamental para mantener unida a la sociedad durante tiempos difíciles. “Cuando nadie queda atrás”, dijo, “todos nos hacemos más fuertes”.
El presidente destacó que las sociedades están fragmentándose debido a quienes buscan dividirnos. Sin embargo, afirmó que es precisamente ahora cuando más se necesita solidaridad e empatía para enfrentar los desafíos sociales actuales.
Costa concluyó su discurso recordando las lecciones históricas sobre unidad y cooperación necesarias para construir un futuro próspero y pacífico en Europa. Enfatizó que Alemania debe estar en el centro de este proyecto europeo, aportando su potencial económico e innovador.
Agradeció al canciller Olaf Scholz por su liderazgo durante momentos críticos y reafirmó que Europa debe seguir apoyando a Ucrania frente a la agresión rusa. “La seguridad de Ucrania es nuestra seguridad”, reiteró Costa.
Finalmente, hizo un llamado a recordar constantemente los logros alcanzados por las democracias europeas y a trabajar juntos para garantizar un futuro mejor para todos sus ciudadanos.
El discurso aborda las tareas para una Europa democrática, destacando la importancia de los valores socialdemócratas y la necesidad de responder a las amenazas que enfrentan las democracias actuales.
La Friedrich Ebert Stiftung fue decisiva en la transición de Portugal de una dictadura a una democracia estable, apoyando al Partido Socialista Portugués durante su fundación y en el proceso revolucionario.
António Costa menciona la amenaza del populismo, las desigualdades sociales, la guerra como herramienta geopolítica y la desinformación como algunos de los principales desafíos que enfrenta Europa hoy en día.
Propone aumentar las inversiones en defensa, enfocándose en capacidades colectivas necesarias para la seguridad, y reforzar la industria de defensa europea para ser más autónomos ante agresiones militares.
Costa afirma que seguridad y prosperidad son dos caras de la misma moneda; invertir en defensa también significa invertir en innovación y empleos para los ciudadanos europeos.
El Pacto Verde Europeo busca asegurar un crecimiento económico sostenible y socialmente justo, abordando simultáneamente los desafíos climáticos y económicos.
Costa sostiene que la solidaridad es fundamental para mantener unida a la sociedad, especialmente en tiempos difíciles como crisis económicas o guerras, promoviendo un sentido de comunidad y apoyo mutuo.