La Unión Europea se enfrenta a un grave problema de contaminación marina, con buques que continúan vertiendo sustancias nocivas en sus aguas. A pesar del objetivo de alcanzar un nivel de contaminación cero para 2030, un informe del Tribunal de Cuentas Europeo revela que los controles son insuficientes y las sanciones, escasas. Los auditores destacan que más del 75% de los mares europeos presentan problemas de contaminación y que muchos Estados miembros no utilizan adecuadamente las herramientas disponibles para combatir este problema. La falta de inspecciones efectivas y la baja tasa de sanciones a los infractores agravan la situación, poniendo en riesgo la salud pública y la biodiversidad marina. Para más detalles, consulta el informe completo en el enlace proporcionado.
La Unión Europea (UE) se enfrenta a un desafío significativo en su lucha contra la contaminación marina, con el objetivo de alcanzar un nivel de contaminación cero para el agua antes de 2030. A pesar de sus esfuerzos por rastrear la contaminación y sus fuentes, los controles implementados son considerados insuficientes y las sanciones, escasas y poco efectivas. Un reciente informe del Tribunal de Cuentas Europeo ha puesto de relieve estos problemas, alertando sobre la presencia continua de buques contaminantes en las aguas marítimas europeas.
El informe destaca que, aunque la legislación europea ha mejorado y es más restrictiva que muchas normas internacionales, su aplicación por parte de los veintidós Estados miembros ribereños deja mucho que desear. Las acciones destinadas a prevenir, corregir y sancionar la contaminación procedente de embarcaciones son inadecuadas, según los auditores. La situación es alarmante: más del 75% de los mares europeos enfrentan problemas de contaminación, lo que indica que el camino hacia el objetivo de contaminación cero aún es largo.
Las normativas europeas incluyen estándares internacionales en áreas como la contaminación por hidrocarburos y las emisiones de azufre. Sin embargo, los auditores advierten sobre las deficiencias existentes. Por ejemplo, algunos armadores evaden sus responsabilidades cambiando el pabellón de sus buques a uno no europeo antes del desguace. En 2022, solo uno de cada siete buques en el mundo tenía pabellón europeo, mientras que este porcentaje caía al 50% para los barcos al final de su vida útil.
Además, las regulaciones sobre contenedores perdidos en el mar son laxas; no garantizan una declaración completa de todas las pérdidas ni aseguran la recuperación efectiva de los mismos. Nikolaos Milionis, miembro del Tribunal responsable del informe, subraya que "la contaminación en el mar causada por buques sigue siendo un gran problema" y enfatiza la necesidad urgente de medidas más efectivas.
Los auditores también señalan que los Estados miembros no realizan suficientes inspecciones preventivas en los buques. Las sanciones impuestas a quienes contaminan son mínimas y rara vez tienen un efecto disuasorio. Los barcos que descargan ilegalmente sustancias nocivas rara vez enfrentan consecuencias significativas.
En términos generales, tanto la Comisión Europea como los Estados miembros carecen de un seguimiento adecuado del dinero destinado a combatir la contaminación marina. No existe una visión clara sobre los resultados obtenidos ni sobre cómo replicar esos logros a mayor escala. Esta falta de transparencia dificulta aún más el seguimiento del volumen real de vertidos contaminantes provenientes de embarcaciones.
Las embarcaciones comerciales, cruceros y barcos pesqueros son responsables de una gran parte de la contaminación marina. Estas actividades generan vertidos ilegales y eliminación inadecuada de residuos. Para abordar esta problemática, la UE ha establecido un ambicioso objetivo: lograr una contaminación cero para 2030.
El informe evalúa las acciones emprendidas por la UE entre enero de 2014 y septiembre de 2024 y se basa en visitas realizadas a Francia y Alemania, abarcando regiones marinas clave como el mar del Norte y el Báltico.
El objetivo de la UE es alcanzar un nivel de contaminación cero para el agua de aquí a 2030.
La UE se esfuerza por rastrear la contaminación marina y sus fuentes, pero los controles son insuficientes y las sanciones son escasas y demasiado benignas.
El informe indica que todavía hay embarcaciones que contaminan las aguas marítimas de la UE y que, aunque la legislación está mejorando, su aplicación es insatisfactoria.
Las principales fuentes de contaminación incluyen buques de carga, cruceros, barcos turísticos, transbordadores de pasajeros, buques pesqueros y embarcaciones de recreo.
A pesar de contar con normas internacionales y herramientas como redes de respuesta a vertidos, los países de la UE infrautilizan estos recursos para combatir la contaminación.
Los Estados miembros confirmaron la contaminación solo en el 7% de los casos tras recibir alertas sobre posibles vertidos.
Los armadores pueden eludir sus obligaciones cambiando su pabellón a uno no perteneciente a la UE antes de desguazar sus buques.
No hay una visión general clara sobre los resultados obtenidos ni cómo podrían replicarse a mayor escala en la lucha contra la contaminación marina.