Joaquín ABAD | Miércoles 29 de abril de 2020
Así como el vecino país, Francia, ha suspendido las actividades deportivas hasta septiembre, en España tendremos partidos de fútbol en breve ya que a partir del 4 mayo habrá entrenamientos. Aunque parece que deberán celebrarse sin público, para evitar contagios.
Moncloa necesita urgentemente que la opinión pública se distraiga con asuntos que no sean el virus y los fallecidos. Y la inclusión del fútbol en la parrilla televisiva ayudará a que millones de aficonados se distraigan con las actividades deportivas y dejen a un lado el seguimiento de la crisis.
Fuentes solventes han informado que en esta decisión no ha intervenido ninguna autoridad médica, sino la presión de Pablo Iglesias para que, el negocio de los derechos televisivos, sigan llegando al bolsillo de su amigo Jaume Roures, con el que tiene un gran compromiso, ya que es uno de los empresarios millonarios que apoya a Podemos, y su línea de estar de acuerdo con los separatistas catalanes.
También ha influido la presión de las televisiones que han venido apoyando al gobierno social-comunista de Pedro y Pablo, ya las retransmisiones de los partidos de fútbol es una manera de hacer caja, y con la crisis era fundamental dicho ingreso. De hecho, era la única manera de contentar a los canales de TV que ya empezaban a mostrarse críticos con la actuación del gobierno de Sánchez en la lucha contra la pandemia del coronavirus. Máxime cuando las cadenas no se ceban en el hecho de que España sea el país donde más muertes se han producido, en proporción al número de habitantes, y también en el número de sanitarios afectados.
Como es público, Roures está muy nervioso ya que la Fiscalía de Nueva York le sigue los pasos por corromper a los dirigentes de la FIFA, para obtener los derechos del Mundial de Fútbol, y ha ofrecido al número dos en Mediapro que tire de la manta y así evitar la condena de más de 20 años que se solicita, así como la confiscación de sus bienes.
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