La Comisión Europea revelará el 5 de marzo las conclusiones sobre el futuro de la industria automovilística europea, en un contexto donde se busca alcanzar cero emisiones netas para 2050. A pesar de los esfuerzos, los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo advierten que las emisiones de CO2 no han disminuido significativamente y que los combustibles alternativos aún no son viables a gran escala. Además, la transición hacia vehículos eléctricos enfrenta desafíos, con la industria europea de baterías rezagada a nivel mundial. Este informe invita a reflexionar sobre el estado actual y futuro del sector automotriz en Europa.
El 5 de marzo, la Comisión Europea revelará las conclusiones de un diálogo estratégico iniciado a finales de enero sobre el futuro de la industria automovilística europea. Este plan de acción busca apoyar a un sector que enfrenta una presión considerable, responsable directa e indirectamente de 13 millones de empleos y que genera más de 1 billón de euros anuales, lo que representa el 7% del PIB de la UE. En este contexto, el Tribunal de Cuentas Europeo invita a los interesados a revisar informes pertinentes que ofrecen una visión crítica sobre el estado actual del sector automotriz.
La estrategia climática de la Unión Europea tiene como objetivo alcanzar cero emisiones netas para 2050. La reducción o eliminación de las emisiones de los automóviles es fundamental en este enfoque. Además de disminuir las emisiones de carbono provenientes de motores de combustión interna, se deben considerar alternativas en combustibles y fomentar la adopción generalizada de vehículos eléctricos con batería. Sin embargo, los auditores han advertido que no se ha logrado cumplir con el primer objetivo; el segundo parece poco viable a gran escala, y el tercero podría resultar costoso tanto para la industria como para los consumidores europeos.
En un informe publicado en enero pasado, los auditores señalaron que, antes de 2020, las emisiones de CO2 por parte de los automóviles solo habían disminuido bajo condiciones controladas en laboratorio. Desde entonces, nuevos métodos han cerrado la brecha entre estas mediciones y las emisiones reales en carretera. No obstante, las emisiones reales no han mostrado una disminución significativa: aunque los motores son más eficientes, el aumento del peso promedio de los vehículos (cerca del 10%) ha llevado a una mayor demanda de potencia motriz (alrededor del 25%).
Los combustibles alternativos como los electrocombustibles o el hidrógeno son frecuentemente mencionados como posibles sucesores tanto de la gasolina como del gasóleo. Sin embargo, según un análisis realizado en diciembre de 2023 sobre biocarburantes, estos aún no presentan una alternativa confiable o viable a gran escala debido a limitaciones en disponibilidad, costos y su impacto ambiental.
A medida que avanza la transición hacia vehículos eléctricos, los países europeos enfrentan numerosos obstáculos. Un informe auditado en junio de 2023 concluyó que la industria europea de baterías está quedando rezagada a nivel mundial. Esto plantea serias dudas sobre si la UE podrá cumplir su meta de tener un parque automovilístico sin emisiones para 2035 sin depender significativamente de baterías y vehículos eléctricos producidos fuera del continente europeo, lo cual podría perjudicar tanto a su industria como a sus trabajadores.
Para obtener una visión más completa sobre temas relacionados con la automoción, se puede consultar el trabajo del Tribunal, disponible en su sitio web.