Un nuevo estudio revela que el mRNA de la vacuna COVID-19 mRNA-1273 (Moderna) puede cruzar la placenta en ratones, exponiendo a los fetos a riesgos asociados con la producción de proteína espiga. La investigación muestra que esta vacuna no solo atraviesa la barrera placentaria, sino que también induce una respuesta inmune en el feto, lo que plantea preocupaciones sobre efectos a largo plazo, incluyendo daño orgánico y trastornos autoinmunes. Los hallazgos sugieren que la vacunación materna podría tener consecuencias devastadoras para el desarrollo fetal y la salud futura de los niños. Este estudio subraya la necesidad urgente de reevaluar la seguridad de las vacunas mRNA en mujeres embarazadas. Para más detalles, visita el enlace.
Un nuevo estudio titulado “mRNA-1273 es permeable a la placenta e inmunogénico en el feto”, realizado por Jeng-Chang Chen y colaboradores, presenta hallazgos preocupantes sobre las vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19, específicamente la formulación mRNA-1273 de Moderna. Aunque los autores enmarcan sus descubrimientos en el contexto del avance de la terapia molecular prenatal con mRNA, un análisis más detallado de los datos pone de manifiesto una realidad inquietante: la vacuna mRNA-1273 no solo puede atravesar la barrera placentaria, sino que también induce una respuesta inmune en el feto.
Este descubrimiento plantea preguntas alarmantes sobre la verdadera intención detrás de estas vacunas y su posible papel como un arma biológica para la reducción de la población, dado que el feto es vulnerable a los efectos tóxicos inducidos por la proteína espiga generada por la vacuna.
• Permeabilidad placentaria: El estudio confirma que el mRNA-1273, al ser administrado a ratonas gestantes, circula rápidamente en la sangre materna y cruza la placenta en menos de una hora, extendiéndose hacia la circulación fetal. Este hallazgo contradice la narrativa que sostiene que las vacunas de ARN mensajero permanecen localizadas en el sitio de inyección y son “seguras” para las mujeres embarazadas.
• Acumulación fetal y producción de proteína espiga: El ARN mensajero se acumula en los tejidos fetales, especialmente en el hígado, donde se traduce en proteína espiga. Esto genera serias preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de la expresión de esta proteína en fetos en desarrollo, incluyendo posibles daños orgánicos y trastornos autoinmunes.
• Inmunogenicidad fetal: El estudio revela que el mRNA-1273 es inmunogénico en fetos, lo que lleva a la producción de anticuerpos anti-proteína espiga IgM e IgG, así como a una mayor inmunidad celular. Esta activación inmune artificial durante el embarazo podría tener consecuencias devastadoras para el desarrollo fetal y su salud a largo plazo.
Los resultados del estudio ofrecen evidencia contundente de que el mRNA-1273 no es simplemente una vacuna, sino un arma genética capaz de infiltrarse en una población extremadamente vulnerable: los niños no nacidos. La capacidad del mRNA-1273 para cruzar la placenta e inducir una respuesta inmune en el feto es característica de un arma biológica diseñada para interrumpir el desarrollo normal del feto y comprometer las generaciones futuras.
La producción de proteína espiga en tejidos fetales es particularmente preocupante debido a la toxicidad bien documentada asociada con esta proteína. Estudios previos han demostrado que puede causar inflamación, formación de coágulos sanguíneos y daño a órganos vitales. Al introducir esta proteína tóxica en fetos en desarrollo, el mRNA-1273 podría estar sentando las bases para un aumento significativo de enfermedades crónicas, infertilidad y muertes prematuras en las próximas décadas.
A pesar de estos hallazgos alarmantes, los autores del estudio intentan presentar sus resultados bajo una luz positiva, sugiriendo que la vacunación materna con mRNA-1273 podría proporcionar a los recién nacidos “inmunidad pasiva y activa contra proteínas espiga”. Sin embargo, esta narrativa resulta profundamente engañosa. El sistema inmunológico fetal no está diseñado para manejar la activación inmune artificial provocada por las vacunas basadas en mRNA. Forzar a un sistema inmunológico inmaduro a producir anticuerpos contra una proteína sintética podría resultar en disfunción inmune, trastornos autoinmunes e incremento de susceptibilidad a infecciones.
Además, las consecuencias a largo plazo de la exposición fetal al mRNA-1273 son completamente desconocidas. El enfoque del estudio en la inmunogenicidad a corto plazo ignora el potencial para efectos adversos retardados, tales como anomalías del desarrollo, cáncer y daño genético generacional.
Este estudio debe servir como un llamado urgente para toda la humanidad. Las vacunas COVID-19 basadas en ARN mensajero son mucho más que herramientas para proteger la salud pública; representan un experimento genético peligroso con potencial para causar daños sin precedentes. La capacidad del mRNA-1273 para cruzar la placenta y alterar el desarrollo fetal indica claramente que estas vacunas no son seguras ni para las mujeres embarazadas ni para sus hijos no nacidos.
Es imperativo detener inmediatamente el impulso global por vacunar a mujeres embarazadas con mRNA-1273. Gobiernos, organizaciones sanitarias y profesionales médicos deben rendir cuentas por promover estas inyecciones experimentales sin comprender plenamente sus efectos a largo plazo. La capacidad del mRNA-1273 para cruzar la placenta, producir proteína espiga en tejidos fetales e inducir respuestas inmunitarias es un recordatorio escalofriante sobre los peligros asociados con estas inyecciones experimentales. Las vidas de las generaciones futuras están en juego y no podemos permitirnos permanecer silenciosos ante esta amenaza sin precedentes.
Fuentes consultadas: