El gobierno de EE. UU. ha designado a los cárteles de drogas mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras (FTO) para combatir el tráfico de drogas y personas. Esta medida permite imponer sanciones financieras, congelar activos y perseguir a quienes apoyan a estos grupos, con el objetivo de desmantelar sus operaciones. La estrategia incluye un aumento en las operaciones militares e inteligencia, utilizando aviones espía y drones en regiones controladas por los cárteles. Aunque algunos críticos advierten sobre posibles complicaciones en las relaciones con México y su impacto en solicitantes de asilo, la administración considera esta acción crucial para la seguridad fronteriza y la lucha contra la crisis de sobredosis que afecta a EE. UU.
En una decisión contundente para enfrentar la creciente crisis del tráfico de drogas y personas, la administración de Trump ha designado oficialmente a varios cárteles mexicanos y pandillas criminales transnacionales como organizaciones terroristas extranjeras (FTO). Esta medida busca intensificar los esfuerzos contra la violencia generada por los cárteles y las muertes relacionadas con las drogas en Estados Unidos.
El anuncio fue realizado por el Secretario de Estado, Marco Rubio, quien señaló que grupos como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Tren de Aragua de Venezuela se encuentran entre los afectados. Esta designación, que entra en vigor de inmediato, otorga al gobierno estadounidense la capacidad de interrumpir las redes financieras y estructuras de mando de estas organizaciones, marcando un importante escalón en la lucha contra el crimen organizado.
La designación como FTO permite al gobierno de Estados Unidos imponer severas sanciones financieras, congelar activos y procesar a individuos o entidades que brinden apoyo material a estos grupos. “Se pueden perseguir a aquellos que trafican armas hacia los cárteles; se les puede arrestar por proporcionar material a una organización terrorista extranjera”, explicó Ioan Grillo, un periodista basado en México. Esta estrategia tiene como objetivo debilitar la capacidad operativa de los cárteles atacando sus fuentes de financiamiento, incluidas autoridades corruptas y cómplices internacionales.
Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, indicó que esta designación coloca a estos grupos “en el más alto nivel” del interés nacional estadounidense. “Trump acaba de ponerles una advertencia”, afirmó Humire. “Esto significa: ‘Sabemos que están aquí; sabemos que están haciendo cosas malas y vamos a ir tras ustedes’.”
Además, esta designación abre la puerta a operaciones militares e inteligencia más amplias. Informes recientes indican que aviones espía y drones estadounidenses han estado realizando vigilancia a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, así como sobre regiones dominadas por cárteles en México. El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, insinuó que podría considerarse una acción militar si los cárteles atacan a estadounidenses o funcionarios estadounidenses. “Todas las opciones estarán sobre la mesa si estamos tratando con lo que se designa como organizaciones terroristas extranjeras que tienen como objetivo específico a estadounidenses en nuestra frontera”, dijo Hegseth.
La estrategia del gobierno no se limita a México; también apunta a organizaciones criminales transnacionales que abarcan desde Canadá hasta China, reflejando un enfoque más amplio de seguridad nacional bajo el lema “América Primero”.
A pesar de que muchos celebran esta designación como un paso necesario para proteger vidas estadounidenses, algunos críticos advierten sobre posibles complicaciones en las relaciones entre Estados Unidos y México, así como sobre su impacto en solicitantes de asilo. Sin embargo, la administración Trump ha presentado este movimiento como esencial para restaurar la seguridad en la frontera entre ambos países y combatir la crisis de sobredosis por drogas, que cobra más de 100,000 vidas anualmente en Estados Unidos.
A medida que Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para desmantelar estas redes criminales, se espera que la lucha contra los cárteles se intensifique. Con tácticas de guerra financiera, preparación militar y colaboración internacional, la administración Trump está demostrando al mundo que ha llegado el fin de la impunidad para los cárteles.