La Junta de Andalucía, liderada por la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, ha iniciado un ambicioso proyecto para recuperar los humedales en Trebujena, con el objetivo de mejorar la funcionalidad del estuario del Guadalquivir. Financiado con 1.953.899 euros de fondos FEDER, este proyecto restaurará 260 hectáreas mediante la reconfiguración del paisaje y la gestión hídrica flexible. La iniciativa no solo busca recuperar la biodiversidad, proporcionando refugio a especies en peligro como la cerceta pardilla, sino que también promueve el ecoturismo y actividades sostenibles que benefician a la economía local. Además, se implementarán medidas para el control de inundaciones y se contribuirá a la lucha contra el cambio climático. Este modelo de colaboración entre la Junta y propietarios locales establece un precedente en la conservación ambiental y el desarrollo socioeconómico en Andalucía.
La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, realizó una visita a las marismas de Trebujena con el objetivo de evaluar los resultados del ambicioso proyecto de recuperación de los humedales del Bajo Guadalquivir, que se lleva a cabo entre los años 2022 y 2024. Este proyecto, respaldado por fondos FEDER dentro de la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Cádiz, cuenta con un presupuesto total de 1.953.899 euros, lo que ha permitido una transformación significativa del área.
Durante su recorrido, Catalina García enfatizó que «este proyecto devuelve a las marismas su funcionalidad ecológica y genera nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible y socioeconómico de la comarca».
Las marismas de Trebujena, ubicadas en terrenos del antiguo estuario del río Guadalquivir, son reconocidas por su alto valor ecológico. Hasta mediados del siglo pasado, este espacio contaba con dos grandes lagunas de agua dulce, visibles en fotografías aéreas antiguas. Sin embargo, diversas intervenciones humanas, como intentos fallidos de desecación para usos agrícolas, alteraron drásticamente su hidrología natural. Estas acciones resultaron infructuosas debido a la alta salinidad y contenido arcilloso del suelo, dejando un legado de degradación que el actual proyecto busca revertir.
A través de esta iniciativa, se han restaurado 260 hectáreas en dos fincas diferentes (‘Gabela Honda’ y ‘Espinete’), mediante el movimiento de 600.000 metros cúbicos de tierra. Esto ha permitido recuperar la estructura original del paisaje, incluyendo lagunas, islas y canales interconectados. La consejera explicó que «se ha desarrollado un complejo trabajo técnico que ha requerido la coordinación de maquinaria especializada», destacando días en los que hasta 33 vehículos trabajaron simultáneamente.
El diseño implementado permite una gestión hídrica flexible regulada por compuertas, combinando el uso de agua dulce proveniente de las lluvias con agua salobre del río Guadalquivir durante las mareas vivas. Según García, esta combinación asegura «la creación de una gran diversidad de ambientes que benefician a un amplio número de especies». El enfoque integral del proyecto no solo busca recuperar un espacio natural, sino también abordar aspectos como biodiversidad, desarrollo socioeconómico y mitigación del cambio climático.
En términos de biodiversidad, la restauración ha convertido las marismas en un refugio para especies en peligro crítico, como la cerceta pardilla (‘Marmaronetta angustirostris’), cuya población ha disminuido alarmantemente en años recientes. Otras especies como la focha moruna (‘Fulica cristata’) y la malvasía cabeciblanca (‘Oxyura leucocephala’) también se han beneficiado significativamente. Catalina García subrayó que «estos humedales son ahora un santuario para aves amenazadas, un espacio donde pueden nidificar y prosperar».
A nivel económico, esta intervención promueve el turismo de naturaleza y la explotación sostenible de recursos locales. El diseño incluye senderos peatonales, observatorios para avistamiento de aves y miradores que fomentan actividades como el ecoturismo. Además, se ha preservado la compatibilidad con usos tradicionales como la ganadería extensiva y la recolección sostenible de recursos naturales.
Los nuevos humedales están conectados al río Guadalquivir, funcionando como una extensión del estuario que favorece la reproducción de especies marinas esenciales para el sector pesquero local. La consejera destacó que «los beneficios derivados de esta recuperación no solo impactan positivamente al medio ambiente, sino también a sectores clave como la pesca».
Un aspecto crucial es el control natural de inundaciones. Las lagunas restauradas actúan como sistemas naturales que reducen el riesgo de desbordamientos en la desembocadura del Guadalquivir durante épocas invernales. Asimismo, este proyecto contribuye a mitigar el cambio climático al funcionar comos sumidero natural para carbono y nitrógeno, ayudando así a disminuir la contaminación en el estuario.
Cultura Colaborativa en Acción
Dicha iniciativa fue posible gracias a la colaboración entre la Junta de Andalucía y los antiguos propietarios terrenos involucrados. Este acuerdo ha sido fundamental para garantizar un clima propicio para avanzar en la conservación del espacio natural. En este contexto, García indicó que «la implicación activa de los actores locales es esencial para el éxito en proyectos tan ambiciosos».
Aparte de conocer los resultados obtenidos, Catalina García participó en un acto simbólico donde se liberaron ejemplares representativos como un águila ratonera y un cernícalo; especies que se beneficiarán directamente gracias a esta recuperación ambiental. Durante su visita estuvo acompañada por diversas autoridades locales.
Catalina García también anunció que se destinarán 42,2 millones de euros a proyectos similares en la provincia dentro del presupuesto correspondiente al año 2025. Resaltó iniciativas previas significativas como mejoras en las marismas Barbate o intervenciones en el Bosque Niebla del Parque Natural Los Alcornocales.
Cerrando su intervención, subrayó que las marismas recuperadas son actualmente un modelo ejemplar donde convergen sostenibilidad ambiental con impulso socioeconómico: «Este proyecto demuestra que es viable avanzar hacia un futuro donde desarrollo y conservación coexistan armónicamente», concluyó.
Cifra | Descripción |
---|---|
1.953.899 euros | Presupuesto del proyecto de recuperación de los humedales. |
260 hectáreas | Área restaurada en dos fincas diferentes. |
600.000 metros cúbicos | Cantidad de tierra movida durante la restauración. |
42,2 millones de euros | Fondos destinados a la provincia de Cádiz en los Presupuestos de 2025. |
La Junta de Andalucía ha llevado a cabo un ambicioso proyecto de recuperación de los humedales del Bajo Guadalquivir entre los años 2022 y 2024, con un presupuesto de 1.953.899 euros, financiado con fondos FEDER.
El objetivo es devolver a las marismas su funcionalidad ecológica y generar nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible y socioeconómico de la comarca.
Se han restaurado 260 hectáreas en dos fincas diferentes, ‘Gabela Honda’ y ‘Espinete’.
La restauración ha convertido las marismas en un refugio para especies en peligro crítico como la cerceta pardilla, así como otras especies como la focha moruna y la malvasía cabeciblanca.
Las lagunas restauradas funcionan como sistemas naturales de laminación que reducen los riesgos de desbordamientos en la desembocadura del Guadalquivir durante el invierno.
El proyecto promueve el turismo de naturaleza y la explotación sostenible de recursos, incluyendo senderos peatonales y miradores que fomentan actividades como el avistamiento de fauna y ecoturismo.
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre la Junta de Andalucía y los antiguos propietarios de los terrenos, quienes cuentan con derechos de explotación sobre estas áreas.
La Consejería destinará un total de 42,2 millones de euros a la provincia de Cádiz, contemplados en los Presupuestos de 2025.