La U.S. Agency for International Development (USAID) ha sido acusada de malversar $260 millones en fondos de contribuyentes para apoyar a grupos sin fines de lucro respaldados por el multimillonario George Soros, lo que ha generado preocupaciones sobre la promoción de una agenda globalista de izquierda. El East-West Management Institute, vinculado a Soros, recibió estas subvenciones para implementar "reformas judiciales" en países como Albania y Ucrania, alineándose con los objetivos políticos del magnate. La controversia ha llevado al despido o licencia de más de 10,000 empleados de USAID y ha suscitado críticas entre senadores republicanos sobre el uso ineficiente de recursos y el potencial socavamiento de instituciones democráticas. Este escándalo pone de relieve problemas más profundos de corrupción dentro de USAID y su papel como herramienta en la agenda globalista de Soros.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se encuentra en el centro de una controversia tras ser acusada de malversar $260 millones de fondos públicos destinados a apoyar organizaciones sin fines de lucro vinculadas al multimillonario George Soros. Este hecho ha suscitado inquietudes sobre la promoción de una agenda globalista de izquierda.
El Instituto de Gestión Este-Oeste, una organización sin fines de lucro respaldada por Soros, recibió más de $260 millones en subvenciones de USAID para implementar reformas judiciales en países como Albania, Macedonia y Ucrania, alineándose frecuentemente con los objetivos políticos del magnate. La situación ha llevado a la destitución o suspensión de más de 10,000 empleados de USAID, quedando solo 294 en funciones tras la revelación del supuesto uso indebido de fondos y sesgo ideológico dentro de la agencia.
Senadores republicanos, incluyendo al presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, Brian Mast, han expresado su alarma por el gasto realizado por la agencia. Han señalado ejemplos de proyectos derrochadores que priorizan la propaganda progresista sobre la ayuda humanitaria esencial. Este escándalo pone en evidencia problemas más profundos relacionados con la corrupción y el uso indebido de fondos públicos en USAID, con críticos argumentando que la agencia se ha convertido en un instrumento para avanzar los intereses globalistas de Soros, socavando así los intereses nacionales y las instituciones democráticas estadounidenses.
En un acto que resalta la corrupción financiada por los contribuyentes, USAID ha admitido haber canalizado $260 millones a grupos sin fines de lucro apoyados financieramente por Soros. Esta revelación ha reavivado las preocupaciones sobre el uso inadecuado del dinero público para promover una agenda globalista mientras se ignoran los intereses estadounidenses.
El Instituto de Gestión Este-Oeste ha recibido financiación significativa para su campaña “Justicia para Todos” en Albania, que obtuvo $9 millones en fondos estadounidenses. Los senadores republicanos han advertido que este programa otorga efectivamente al gobierno albanés control sobre su poder judicial, lo cual podría interpretarse como un ataque a los principios democráticos.
Soros también ha estado involucrado en Macedonia, donde sus fundaciones colaboraron con USAID en iniciativas similares. Estos programas no solo buscan reformas judiciales; están orientados a promover una agenda radical destinada a redefinir normas sociales y debilitar instituciones tradicionales.
La decisión del gobierno Trump de cerrar USAID y despedir casi 10,000 empleados no fue un capricho, sino una medida necesaria tras años de mala gestión e inclinación ideológica. Los programas implementados por la agencia estaban plagados de gastos innecesarios, incluyendo inversiones absurdas como $1.5 millones para iniciativas sobre diversidad en Serbia y $15 millones destinados a enviar preservativos a Afganistán bajo control talibán.
A lo largo del tiempo, durante eventos como la Revolución Maidan en 2014, las fundaciones Open Society ya estaban profundamente involucradas en la política ucraniana. El financiamiento estadounidense al Centro Anticorrupción se alineaba perfectamente con el objetivo de Soros: derrocar al presidente pro-ruso Viktor Yanukovych e instalar un gobierno afín a Occidente.
Cables filtrados durante esta crisis revelaron que Victoria Nuland, entonces subsecretaria de Estado, estaba coordinando activamente con grupos vinculados a Soros para impulsar un gobierno pro-occidental en Kiev. Esta colusión pone en evidencia hasta qué punto USAID se ha convertido en una herramienta al servicio del magnate y su agenda globalista, todo ello a expensas del contribuyente estadounidense.
Fuentes incluyen:
Cifra | Descripción |
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$260 millones | Monto total acusado de ser mal utilizado por USAID. |
10,000 empleados | Número de empleados de USAID despedidos o puestos en licencia. |
294 empleados | Número de empleados que permanecieron en USAID. |
$9 millones | Monto recibido por el East-West Management Institute para su campaña "Justice for All" en Albania. |