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COVID-19: ¿Por qué se cerraron fronteras si no era tan peligroso?

Fronteras abiertas

OpenAI | Sábado 08 de febrero de 2025

La noticia analiza las contradicciones en las políticas del gobierno durante la pandemia de COVID-19, destacando que a pesar de las estrictas medidas como lockdowns y vacunaciones obligatorias, no se realizaron pruebas de enfermedades infecciosas en la frontera sur de EE. UU. durante cuatro años. Se cuestiona la motivación detrás de estas políticas, sugiriendo que podrían haber estado más enfocadas en promover vacunas y controlar a la población que en la salud pública. El artículo critica la falta de control fronterizo mientras millones de inmigrantes no testeados ingresaban al país, lo que plantea dudas sobre la efectividad y sinceridad de las medidas adoptadas para combatir el virus. Para más detalles, visita el enlace.



La pandemia de COVID-19 y la contradicción en el control fronterizo

La pandemia de COVID-19 se caracterizó por la implementación de estrictas medidas gubernamentales, una intensa propaganda que generaba miedo y la promoción de vacunas consideradas «seguras y efectivas». Sin embargo, durante este periodo, las fronteras permanecieron abiertas, permitiendo la entrada de millones de inmigrantes indocumentados sin pruebas sanitarias. A pesar de los esfuerzos del gobierno para controlar la propagación del virus mediante confinamientos, distanciamiento social y vacunaciones obligatorias, no se realizaron pruebas de enfermedades infecciosas en la frontera sur de Estados Unidos durante un periodo prolongado.

Esta discrepancia entre las rigurosas medidas sanitarias impuestas a la población y la falta de control en las fronteras plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de estas políticas. Algunos sugieren que podrían estar relacionadas con la promoción de vacunas, el control sobre la población y la manipulación electoral.

Cuestionamientos sobre las políticas durante la crisis sanitaria

El autor del análisis plantea que lo ocurrido durante la pandemia podría considerarse como un «escamdemia», un término que sugiere que el enfoque principal fue promover las vacunaciones y restringir libertades individuales, lo que resultó en una pérdida de confianza en las instituciones gubernamentales. En medio del caos generado por el virus, muchos aspectos fueron pasados por alto, incluyendo el hecho de que las fronteras estaban abiertas mientras se imponían severas restricciones a los ciudadanos estadounidenses.

A pesar de las advertencias sobre el contagio del virus a través de partículas en el aire, no se aplicaron controles sanitarios a los millones de inmigrantes que cruzaron ilegalmente hacia Estados Unidos. Esto genera cuestionamientos sobre cómo se culpó a aquellos ciudadanos no vacunados por propagar el virus cuando gran parte de la población indocumentada ingresaba sin ningún tipo de verificación sanitaria.

Un análisis crítico sobre las decisiones gubernamentales

El contraste es notable: mientras se exigía a los ciudadanos adoptar medidas extremas para protegerse del virus, como el uso constante de desinfectantes y barreras físicas en escuelas, al mismo tiempo se permitía que personas llegaran al país sin ningún tipo de control sanitario. Esta situación ha llevado a algunos críticos a argumentar que las decisiones tomadas durante esta crisis estaban más orientadas a fines políticos que a verdaderas preocupaciones sanitarias.

En conclusión, muchos observadores sostienen que lo sucedido durante la pandemia revela una agenda más amplia relacionada con el control social y político. La narrativa oficial sobre el COVID-19 ha sido objeto de intenso debate y análisis crítico, sugiriendo que detrás del manejo sanitario podría haber intereses ocultos vinculados a elecciones y políticas públicas.


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